Withersbrook Blue
El Withersbrook Blue está elaborado por Jasper Hill Farm, una quesería artesanal en Greensboro, Vermont, propiedad y operada por los hermanos Andy y Mateo Kehler. Jasper Hill Farm es también la ubicación de las bodegas en Jasper Hill, que brinda servicios de envejecimiento, ventas y marketing.
El Withersbrook Blue es un queso azul en forma de cubo, de corteza natural, empapado en sidra helada y elaborado con leche cruda de vacas del rebaño propio de la quesería. El nombre proviene de un arroyo sinuoso del bosque que nace cerca de la quesería en Greensboro y serpentea a través de los bosques de caña de azúcar junto a nuestros pastos.
Este curioso cubo de (1,8 kg) pasa 60 días madurando en las bodegas de Jasper Hill, donde desarrolla vetas distintivas de flora azul. A partir de ahí, ponen el queso en una bolsa junto con un abundante chorro de sidra helada Eden, se sella la bolsa a prueba de humedad con la sidra helada y se conserva durante otros cuatro meses. Curiosamente, la corteza natural que el queso desarrolla durante esos primeros 60 días se disuelve en la bolsa. El Withersbrook parece un queso sin corteza, pero inicialmente no lo era. De hecho, hasta que se mete en la bolsa, el Withersbrook es idéntico a Bayley Hazen en todo, excepto en la forma.
La sidra helada Eden es una dulce bebida que se elabora a partir de sidra de manzana cultivada localmente que se ha almacenado al aire libre durante el gélido invierno de Vermont. El deshielo primaveral libera los azúcares del jugo y deja el agua para concentrar la esencia de la manzana. El resultado fermentado produce una deliciosa sidra de postre con una acidez brillante que se combina elegantemente con el queso.
El Withersbrook tiene un perfil afrutado y láctico con notas de miel y avellanas tostadas, seguido de un final sabroso y persistente.
Si lo comparamos con su hermano Bayley Hazen, el Withersbrook es más cremoso, un poco más picante y definitivamente más afrutado y láctico.
Si todos los quesos es importante consumirlos a temperatura ambiente, en este es imprescindible, si quiere saborear toda su fragancia de matices. Una vez llevado a la temperatura adecuada, disfruté de este queso untando sobre una rebanada de pan crujiente o desmenuzado en ensaladas, funde muy bien en sopas y salsas. En la cocina la textura densa y rica y la elegante complejidad de este queso se desplegarían sobre un chuletón con tomillo y pimienta.
El compañero ideal para este queso sin duda es la sidra con la que se ha lavado o en su defecto una sidra helada artesana.