West West Blue
Este queso lo elabora la Parish Hill Creamery. Después de trabajar 30 años como fabricante y consultor de quesos, Peter Dixon abrió su propia quesería en 2013 en Westminster, al sur de Vermont, junto con su esposa Rachel Fritz Schall y su hermana Alex Schall.
La Parish Hill se inspira en la fabricación de los quesos tradicionales italianos. Están hechos a mano en pequeños lotes utilizando leche cruda, que proviene de la granja Elm Lea Farm en la Escuela de Putney. La granja está a sólo cinco minutos de la quesería, y su manada de ordeño, una mezcla de Holstein y Jersey se alimenta al aire libre en pastos frescos de junio a octubre. La producción del West West Blue es estacional, sólo se elabora de mayo a noviembre con el fin de aprovechar los frescos pastos naturales que dan una calidad muy aromática a la leche, causando esas variaciones de sabor complejas y sutiles, tan típicas de los quesos artesanos. El West West Blue es un queso estilo Gorgonzola de «dos cuajadas». El queso está hecho con leche fresca cruda de vaca. Se hacen dos quesos por separado durante dos días. La cuajada del primer día descansa durante la noche, hasta el final del segundo día, esta cuajada más fría y ácida se mezcla con la cuajada recién hecha y caliente. Es un método de producción más tradicional que rara vez se utiliza debido al largo y laborioso proceso. «En nuestro caso», dice Rachel, «creemos que vale la pena el esfuerzo». Las ruedas del queso tienen una maduración de entre tres y seis meses. La corteza comestible cubre una pasta suave y aterciopelada con vetas azules, una textura cremosa y un ligero toque crujiente del moho azul. Los sabores van desde la mordida inicial de su azul que se disuelve en notas picantes, terrosas a hongos. Los sabores salados y dulces dominan el perfil con apuntes adicionales de hierba, corral y caramelo quemado. Este queso se comercializa en forma de ruedas de 6,5 a 8 kg y tienen 30,5 cm de diámetro, como todos los quesos medianamente grandes se puede adquirir en cuñas de tamaño a escoger. El queso funde muy bien por lo que es perfecto derretido sobre una hamburguesa, con pan crujiente, o emparejado con nueces y peras, también será un ingrediente insustituible en una pizza o en un plato de macarrones con queso. Combina bien con un vino de uva Zinfandel o con una pinta de cerveza.