Vento d’Estate
El nombre significa «viento de verano», un sugestivo nombre para un queso con un pronunciado aroma herbáceo. Si crees que el queso huele a heno recién segado, bravo, has acertado. Según reza la leyenda popular, el quesero Antonio Carpenedo y su esposa Giuseppina, iban conduciendo por una carretera hasta encontrarse detrás de un tractor cargado de heno. Era tan agradable el aroma a hierba que el conductor se detuvo, compró algunos fajos de heno y comenzó sus experimentos.
La Casearia, Carpenedo es la empresa familiar que creó Vento d’Estate, situada en el noreste de Italia, en la región de Treviso. La empresa tiene un reconocido historial de innovación e invención de quesos. Su primer producto, un éxito rotundo, fue el Ubriaco (que significa «borracho»), un queso de leche de vaca sumergida en vino tinto. Más de 20 años más tarde, a finales de 1990, la empresa presentó el Vento d’Estate.
Se trata de un queso «Barricato», lo que significa que es envejecido en barrica de madera. Además, está enterrado bajo el heno, mientras se mantiene el barril. El heno utilizado proviene de Monfenera, una histórica montaña en Treviso, Italia y da fragancia y el carácter al queso. El Vento d’Estate sobre todo conocido por su fragancia – una combinación de barril de madera, lila, pera y paja. El sabor de este queso de leche pasteurizada de oveja o de vaca, es rico y sabroso.
El queso se comercializa en forma de ruedas de aproximadamente 7,5 cm. de altura, con una corteza rugosa que se caracteriza por tener pedazos de heno aferrados a ella. La pasta es de color marfil, con una textura firme, densa y quebradiza, con un aroma que mezcla hierbas y leche agria. El sabor es fuerte y moderadamente láctico. No quema en la lengua, como algunos quesos, deja una fuerte impresión de avinagrado.
Es mejor servido con un vino tinto rico en frutas, pero no demasiado tánico.