Vagebolleke
El Vagebolleke es una especialidad de la quesería belga De Lochtenberg en su granja Hegget situada en Merksplas, una comunidad agrícola, conocida por su antigua colonia de vagabundos y también un paraíso para los ciclistas, una población muy cercana a Tunhout, tocando con la frontera de Holanda. Esta granja hace 50 años que elabora quesos a partir de la leche de sus vacas de la raza Jersey, que producen poca leche, pero de mucha calidad.
Durante más de medio siglo, el objetivo de la agricultura belga era producir la mayor cantidad de alimentos posible de manera eficiente al precio más bajo posible. Sin embargo, cada vez más personas están empezando a darse cuenta de que se está pagando un alto precio por esta forma de agricultura en términos de bienestar animal, falta de sabor y agotamiento de los ecosistemas. En De Lochtenberg dan la vuelta y apuestan por calidad por encima de la cantidad. Lo hacen con respeto por los animales en su granja y hacen uso de principios ecológicos reflexivos.
La tierra es una fuente de energía. Lo que produce nos vigoriza, revitaliza y protege. Pero los productos de la tierra y la granja se han vuelto tan comunes que corremos el riesgo de olvidar lo que tienen de especial. ¡La leche «de un cartón» se ha vuelto banal! En la granja De Lochtenberg apuestan por lo más fresco, más honesto, más auténtico, sostenible y por supuesto… ¡de proximidad!
Las vacas que salen a pastar en el verano se están convirtiendo en una rareza. ¡En la granja De Lochtenberg, apuestan por el pasto! No sólo porque a sus vacas les encanta, sino también porque produce hermosos paisajes.
Las vacas que pueden caminar libremente en los pastos son más felices y dan leche con un valor nutricional más rico. En la granja De Lochtenberg el crecimiento de hierbas en los pastizales no se inhibe con pesticidas, sino que se estimula extra.
Esto hace que el sabor de la leche – y por lo tanto también de su queso de leche cruda – ¡sea realmente único!
El Vagepolleke es un tipo de queso «semiduro» de pasta ligeramente compactada, que se elabora en pequeñas cantidades a partir de leche cruda y entera de vaca Jersey. El queso madura durante un periodo de tiempo relativamente corto (unas 3 semanas), lo que le permite conservar su carácter joven, recuerda mucho a un Reblochon. La corteza natural se crea mediante el lavado con cultivos refinados de afinidad. La corteza es comestible y tiene un valor añadido para el sabor total y la sensación de boca del queso.
Es un queso dulce y mantecoso que se deshace en la boca. Su aroma recuerda al de una barra de pan recién horneada.
El queso se comercializa con forma cilíndrica de 800 g, con una corteza natural de color beige, en su interior la pasta es de color marfil, brillante con varias aberturas (ojos).
El nombre de este queso proviene de “vagebonden” (vagabundo en español), por los vagabundos que históricamente se alojaron en la colonia de vagabundos de Merksplas.
Como siempre, aconsejo atemperar este queso sacándolo del frío un tiempo antes de consumirlo, para poder gozar de toda su gama de aromas y sabores.
Aunque es excelente por sí mismo, el Vagebolleke funde muy bien, por lo que es ideal fundido sobre patatas hervidas o para hacer una cremosa fondue, es también una gran elección para una tabla de quesos, como postre con fruta fresca, preparaciones culinarias. Lo maridaremos con una cerveza oscura trapense.
Foto: Vila Viniteca