El Tronco de Mar está elaborado por Quesos Ruperto. Una quesería que está situada en la localidad de El Mirador (San Javier), a orillas del Mar Menor, Murcia.
Es una pequeña empresa familiar que se ha dedicado, durante varias generaciones, a la agricultura y a la ganadería. En el año 2017, Llorema Madrid y su prima Victoria Eugenia Mercader, las maestras queseras de la Quesería Ruperto dieron un paso más y comenzaron a elaborar su queso Abuelo Ruperto, utilizando exclusivamente leche cruda de oveja de su propia ganadería.
Su objetivo es fabricar quesos de autor, artesanales y de gran calidad, por lo que hacen un gran esfuerzo para optimizar todas las fases del proceso productivo, desde el cultivo de materias primas para alimentar su rebaño hasta el último detalle de la elaboración de sus quesos.
En la actualidad, son casi las únicas fabricantes de queso elaborado con leche de oveja de toda la región de Murcia. Entre sus elaboraciones, muchas de ellas premiadas en concursos nacionales e internacionales, nos detenemos en su original queso de leche cruda de oveja denominado, Tronco de Mar, una producción singular a la que se le añaden huevas de mújol, salazón ancestral de la zona. No olvidemos que Murcia tiene un gran peso en la producción de este tipo de producto en España.
Este queso que han creado recientemente, es una versión de su Rulo Afinado un queso de leche cruda de oveja al que le añaden trozos de hueva de mújol molida, un producto típico de la zona del Mar Menor en la que se encuentra la quesería. La Hueva de Mujol seca, también conocida como “El caviar del Mediterráneo” recibe su nombre del pescado del que se obtiene. Es un extraordinario y cotizado manjar, imprescindible en los aperitivos mediterráneos.
El Tronco de Mar Ruperto es un queso de textura cremosa, un queso muy gustoso que mezcla la originalidad con la tradición, y que despunta por su potencial organoléptico y un atractivo toque salino que tanto recuerda al mar.
El queso se comercializa en forma de cilindro de 450-550 gramos la pieza entera. La presentación de este queso esta muy cuidada su forma de tronco junto con su envoltura de cartón ondulado rematada con una llamativa etiqueta explicativa, le da un aspecto de precioso regalo, y en realidad eso es lo que es, un sabroso regalo para el paladar.
Es un queso artesanal y natural que va evolucionando con el tiempo, por lo que se debe conservar siempre en frigorífico y protegido por su envase. Es recomendable sacarlo del frigorífico con antelación para que se atempere antes del consumo.
En una tabla de quesos, pondrá una nota de originalidad. Se puede acompañar de panes, frutos secos (almendras fritas tostadas). Si se degusta con un vino, recomendamos hacerlo con vinos blancos jóvenes.