Torta de oveja Peñasolana
Este queso está elaborado por la quesería Peñasolana situada en una de las provincias con más tradición en este tipo de quesos como es Zamora, y más concretamente en Fuentesaúco.
Según cuenta la propia quesería «en tiempos pasados, los pastores hacían su vida en el campo, Cuidaban de sus rebaños, buscando los más verdes y frescos pastos para ellos, elaborando sus quesos de manera artesanal, recorriendo lugares a veces inhóspitos, sin mayor protección que una manta o “berrendo”. Por ello, el pastor intentaba buscar siempre la “solana” o lugar donde los rayos de sol hacían que la temperatura fuera más agradable. Normalmente entre las peñas o rocas del campo se podía encontrar esa “solana”, pues el viento o la lluvia eran menos recios entre ellas. Con nuestros quesos Peñasolana, rendimos homenaje a estos pastores que pasaban sus largas horas de pastoreo buscando “la solana” como único medio de poder conseguir un poco de calidez en la dura vida del campo». La Torta de oveja Peñasolana es un queso elaborado de modo artesanal con leche cruda de oveja, cuajo vegetal, obtenido de manera natural de la flor del cardo, y sal. Tras su maduración de al menos 60 días en su aspecto externo presenta una forma cilíndrica con la corteza lisa y delgada, cubierta en sus lados por un paño. Corteza completamente comestible. En el interior presenta una pasta con una cremosidad muy alta, untuosa, de color marfil. Su olor es muy característico, penetrante pero nunca desagradable. Su sabor es muy suave pero con personalidad. Tiene pequeños toques amargos y grasos en el retrogusto, muy agradables. Envasado al vacío en bolsa especial de maduración, lo que permite al queso una evolución natural. Este queso ha obtenido el premio Medalla de Plata en el concurso World Cheese Awards 2010. Se recomienda consumir a temperatura ambiente, cortando la corteza por arriba y accediendo al queso casi líquido de su interior, una vez abierto es importante remover la pasta para que todas las partes, tanto la que está junto a la corteza como la del centro se mezclen bien, así lograremos una pasta homogénea perfecta para untar con pan. Una vez terminado el queso, con el resto de la corteza (recordar que es comestible), un poco de carne picada, rehogada con anterioridad, o bien una pasta cocida y puesta dentro de la corteza, a la que le habréis quitado el paño protector y dos minutos en el horno; todo lo que se haya quedado e incluso la misma corteza se fundirá con el relleno ¡¡y no podéis imaginar lo bueno que esta!!.