St. Severin
En 1920, el fraile Leonhard llevó la receta al monasterio de Schlierbach. Es un queso redondo y pequeño, mide de 9 a 6 cm. de diámetro y solo pesa 100 g. Su textura es blanda y ligeramente pegajosa con una corteza que se lava periódicamente con una solución de salmuera que ayuda a cultivar la bacteria «B.linens» que originara el moho sobre la corteza natural y que le da ese aspecto tan peculiar, entre amarillo y naranja similar a la del Munster.
La corteza huele intensamente a corral y a limón ácido, aroma que pasa a la pasta, de sabor también fuerte y rotundamente carnoso. La pasta es de color amarillo brillante.
San Severino patrono de Viena considerado el santo patrono contra el hambre, fue una de las personas responsables de llevar el cristianismo y la cultura a Austria.
Está delicioso en una tabla de quesos o con pan crujiente o como aperitivo, pero también en la cocina caliente, puede utilizarse para dar un sabor fino a cualquier plato o salsa. Compleméntelo con un tinto Zinfandel, un Merlot, un Pinot Noir o un vino blanco con cuerpo como Neuburger, Riesling.