Saint-Jacques

El Saint-Jacques lo elabora la Ferme de la Tremblaye. La granja en la que se produce queda a orillas del famoso bosque Rambouillet, cerca de París. La granja antes se dedicaba especialmente al cultivo de cereal y criaba ganado vacuno, pero la producción láctea fue ganando terreno y ahora hacen quesos a mano seis días a la semana.
Este queso es muy parecido a los famosos Coulommiers, ambos tienen una corteza blanda y florida y proceden de la leche entera de vaca. Sin embargo, este Saint Jacques, aromatizado con salvia (foto de ilustración), tiene una textura suave y fundente con un sabor ligeramente salado y picante. También tiene un ligero sabor a hongos dado por su corteza florida. También existe la versión natural, es decir, sin ningún tipo de aromatización.
Es un queso pequeño de forma redonda con un diámetro de 13 cm. 3 cm. de espesor y un peso de 350 g.
La maduración tiene una duración de 2 meses en una bodega fresca.
El nombre de este queso es un guiño al camino de Santiago de Compostela que pasa no lejos de la finca donde se elabora el producto.
Puede servirse en una tabla clásica, con uvas o apio, o para enriquecer sopas, foundes o salsas a base de queso.
Compleméntelo con un clarete suave para no ocultar su sabor, como el Pomerol.