Saint-Félicien
El Delfinado, del que forman parte los departamentos del Ródano-Alpes y Drôme, está situado al sur de esta extensa región. Aquí los vinos son especiados y su seca calidez complementa perfectamente a los quesos, que están elaborados sobre todo con leche de cabra y con algo de leche de vaca suave. En los mercados, también se pueden encontrar algunos quesos de leche de oveja y quesos azules.
De hecho, Saint-Félicien es una pequeña población alpina famosa por dos cosas: ser la que da nombre a este sabroso queso; y organizar una de las más grandes marchas cicloturistas a nivel mundial, l’Ardechoise. Hoy en día es muy raro encontrar la versión elaborada con leche de cabra de este queso, y es una pena, puesto que es puro lujo. Debido a que la leche de cabra en esta parte de Francia es estacional, los productores de queso, para poder ganarse la vida, durante todo el año, elaboran los quesos con leche de vaca. No obstante, los quesos que se han curado correctamente están casi fundentes al morderlos, y la riqueza de su pasta es una delicia, sobre todo si se acompaña con un delicioso vino Côtes du Rhône. Es importante dejar que los mohos crezcan con el fin de que formen una pequeña barrera protectora en la superficie, dado que las bacterias presentes en el aire pueden infiltrarse en este queso tan tierno. El Saint Félicien es una versión más cremosa del Saint- Marcellin, en un formato un poco más grande. Se elabora con un alto porcentaje de leche cruda de vaca con un añadido de crema pasteurizada. Su aspecto es de un queso de pasta blanda, sin prensar, con la corteza fina, ligeramente rugosa de color blanco amarillento y pigmentada de azul. En el interior, la pasta es untuosa y de color amarillo claro y de textura esponjosa. Con un sabor inconfundible a leche de vaca, con notas terrosas y a grosella negra. Cuando está blando y tierno, es sencillamente delicioso, pero en determinadas épocas del año, cuando las condiciones meteorológicas alteran el sabor de la leche, a veces son más difíciles de madurar y la pasta es entonces más firme. Es importante comer este queso a temperatura ambiente para degustar mejor su riqueza de sabores. El queso se comercializa en forma de un pequeño disco plano y redondo de unos 12 cm de diámetro por 1 cm de alto con un peso no mayor de 200g. Perfecto para las tostadas o una crujiente barra de pan tierno. Acompáñelo con vinos blancos secos.
Fuentes consultadas: Directo al Paladar