Rouelle Blanche
Este queso es una creación de la Fromagerie du Pic situada en el precioso pueblo de Penne, una localidad dominada por las ruinas de su castillo, que está ubicado en un entorno salvaje y preservado, en el departamento de Tarn.
Jef y Claude Remond abandonaron la región parisina a finales de los años 70 para instalarse en Penne du Tarn, en un lugar llamado «Le Pic».
Ellos comenzaron su actividad con unas pocas cabras, rehabilitaron edificios antiguos y construyeron la quesería Le Pic en 1980. Su lema: cabras felices para producir una leche buena y sana para elaborar quesos «fermiers» (de granja) de calidad.
En 1986 nació la estrella de la quesería Le Pic: La Rouelle, un queso láctico con una forma original, que ha ganado numerosas medallas.
En 1992, los agricultores de Pic se convirtieron en artesanos recolectando leche de productores locales sujetos a una carta de calidad. La quesería crecerá con el tiempo como los hijos de Jeff y Claude…
En 2006, Julien y Benjamín tomaron el relevo, manteniéndose fieles a los principios de sus padres: proporcionar a las cabras una alimentación sana, rica, natural y variada. Conciliar lo mejor de la tradición y la modernidad para elaborar quesos de alta calidad y mantener relaciones con los clientes basadas en la confianza, la personalización y la cordialidad.
La Rouelle Blanche es un queso artesanal elaborado con leche cruda de cabra y moldeado con cucharón. En realidad es la Rouelle du Tarn blanco (sin carbón). Primo lejano del Anneau du Vic-Bilh, este queso tiene forma de disco plano con el centro hueco. Aunque no tiene «corazón», posee el alma de un queso de cabra tradicional. Mide 8 cm de diámetro, un grosor de 3 cm y pesa entre 150 y 200 g. El tiempo de maduración varía de 2 a 3 semanas.
De corteza natural de color blanco o amarillento, madura en sótanos húmedos, gracias a eso el queso desarrolla una flora natural de superficie, principalmente Geotrichum candidum. La Rouelle Blanche debe ser suave al tacto. La pasta blanca y homogénea desprende un dulce sabor a avellana.
Para degustar toda la riqueza de sabores se recomienda el consumo a temperatura ambiente.
Aunque es muy cremoso, el queso no fluye durante la cocción y permanece muy fundente pero sin licuarse. Úsalo solo o acompañado de mermelada o miel, en una tabla de quesos,
en tus hojaldres, en ensaladas, en crepés. Combina maravillosamente bien tanto en dulce como en salado con manzanas, peras o frutas secas. Marida muy bien con un vino blanco seco, un Jurançon o un Sancerre.