Jun 6, 2008

Rocamadour

Leche: Cabra
Tipo: Pasta semiblanda, corteza natural
Denominación de Origen: desde 1996 AOC y 1999 UE
Materia grasa: 45%
Maduración: Entre 2 y 4 semanas
Aspereza: Suave
Vino: Alphonse Mellot Géneration XIX (D.O. Sancerre)
País de origen: Francia
Región: Mediodía-Pirineos (Occitania)

El Rocamadour pertenece a la familia de los cabécous, un nombre genérico que se le da a los quesos de cabra fabricados en un territorio muy amplio que va desde el Macizo central hasta los pies de los Pirineos. Durante mucho tiempo este queso se llamó «cabécou de Rocamadour», tomó el nombre de Rocamadour tras la obtención de su AOC (denominación de origen controlada), en referencia a su zona principal de producción.
Estos pequeños quesos redondos, con su corteza blanca y cremosa, han sido elaborados en la región durante siglos, desde la época en que sus habitantes domesticaron los rebaños de ovejas y cabras que alguna vez vagaron por la montaña en estado salvaje. Sus rastros documentados aparecen desde el siglo XV, cuando representaba, como muchos otros quesos en esa época, un impuesto, que los campesinos debían pagar al señor de la región. Situada en el Camino de Santiago de Compostela, Rocamadour, apodada la ciudadela de la fe, siempre ha atraído un gran número de peregrinos, que pueden haber contribuido a la notoriedad de estos pequeños quesos. De aspecto, su piel blanca se parece al terciopelo. Su sabor es ligeramente caprino, su textura cremosa y untuosa. Si continua su maduración, su piel puede picarse de azul y su sabor volverse más poderoso. El Rocamadour es un queso con sabores ligeramente lácticos y de nueces. Si se elige cremoso, debe apoderarse de nuestras papilas gustativas y evocar otra cosa que las molestias de la vida cotidiana. Si está seco, ¡despierta y provoca a quien lo come a hablar de él con sus allegados! A veces el queso se elabora con leche de oveja, que le da un sabor almendrado aún más intenso, con toques de dulce de azúcar terciado con mantequilla. En la actualidad, y cuando es plena temporada, los quesos se ofrecen a la venta sobre tablas de madera, que se apilan en los puestos de los mercados engalanados con ramas de nogal. Los quesos a veces se decoran con pequeñas ramitas de hierbas silvestres, o se venden envueltos en lonchas de bacón, listos para gratinar y mezclar con una ensalada de lechuga. Su primo más cercano es el Pélardon. El queso se beneficia de una AOC desde 1972, y D.O.P. a nivel europeo desde el 9 de Enero del 1999. El queso puede conservarse: si está tierno en el corazón, es decir cremoso, solo unos días; si su maduración es más avanzada, más larga: su sabor será más fuerte y su textura más firme. Solo, el Rocamadour es divino. Pero si lo cocina, ¡este no es solo un queso para freír o poner en una ensalada! Dedíquele un tiempo: él le ofrecerá lo mejor de sí mismo, satisfará a los más golosos, de entrada en un crujiente caliente acompañado con una ensalada sazonada con un chorrito de aceite de nueces, y derretirá sus papilas en lasañas de verduras mediterráneas. ¡No se fie de su tamaño, ya que el Rocamadour es pequeño pero atrevido! Se desarrolla más con un vino blanco que con un vino tinto: Pruebe un Sancerre, y si le gusta un vino más licoroso tome un Coteaux-del-Layon. Si usted es un incondicional del vino tinto, vaya hacia un Cahors o un Beaujolais, o cualquier otro vino ligero y frutado.

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