Con el nombre Reblec – término derivado del verbo bliéts o biétsì, que en franco-provenzal significa ordeño – se identifica un queso fresco producido con leche especialmente grasa, sobre todo en Valpelline, en el área comprendida entre el Cervino y el Gran San Bernardo en el Valle de Aosta, Italia.
El Reblec surgió de forma espontánea, con los excedentes de la leche familiar, al igual que el francés Reblochon, y se utilizaba en el ámbito casi exclusivamente familiar y casi siempre era producido por las mujeres y era particularmente querido por los niños, ya que, espolvoreadas con azúcar, se convertía en un postre excelente.
El Reblec, es un queso fresco, de pequeño tamaño hecho con leche cruda entera (en algunos casos también se le añade crema). Se calienta un poco de leche entera cruda en un pequeño caldero de cobre y luego se añade el cuajo de ternero líquido. Cuando se coagula la leche, la cuajada se extrae sin romperla y se escurre, colgada en un paño antes de ponerla en el molde. Eliminado el suero residual, i añadida sal, el Reblec está listo para ser consumido unas doce horas después de su fabricación.
No está sujeto al envejecimiento, el queso se comercializa fresco y debe consumirse dentro de pocos días después de la producción.
El Reblec es cremoso, suave y húmedo, de color blanco, su aroma es una reminiscencia de la leche y la mantequilla, el sabor es delicado, dulce, ligeramente ácido y fresco. Cuando se procesa, si se deja que la crema de leche aflore de forma natural, el producto obtenido se llama Reblec de Crama.
Excelente como un postre, espolvoreándolo con azúcar y canela o cacao.
fuente: leiweb