Quinta
El queso Quinta lo elabora la Point Reyes Farmstead Cheese, una quesería artesanal ubicada en Point Reyes Station en el condado de Marin, California, Estados Unidos.
La compañía actualmente está dirigida por tres de las cuatro hijas de Bob Giacomini, Diana, es la directora financiera, Jill, directora de marketing y Lynn, directora de operaciones. La historia de la quesería comenzó en 1904, cuando su bisabuelo Tobias Giacomini dejó el norte de Italia para perseguir su visión de cultivar las legendarias y fértiles tierras de California. En 1959 sus padres, Bob y Dean (fallecida en 2012), compraron la granja lechera en la bahía de Tomales y comenzaron a producir leche para venderla a la fábrica de leche local.
A mediados de los noventa, su padre Bob había aumentado el rebaño a más de 500 vacas y la explotación se había ganado la reputación de producir leche de la mejor calidad. Sin embargo, una lechería de ese tamaño en su propiedad de 291 hectáreas era demasiado grande, causaba demasiado estrés en la tierra desde el punto de vista medioambiental, en sus limitados recursos naturales y en el poco personal que trabajaba en la explotación. Pero hay una expresión en la familia Giacomini que dice: cuando la vida te da cuatro hijas, haz queso. Y así, después de seguir varias carreras empresariales, volvieron para ayudar a reducir el tamaño de la lechería y convertir el negocio en una quesería artesanal de granja.
En agosto de 2000, se presentaron a los consumidores del Área de la Bahía las primeras ruedas de su Original Blue, el único queso azul de estilo clásico de California.
Point Reyes Farmstead Cheese Company es su forma de continuar con su herencia familiar, honrando la tierra que tanto aman, celebrando su pasión por los alimentos frescos de granja y compartiéndolo todo con las personas que consideran su familia extendida: los amantes del queso en todo el país. quienes ahora pueden experimentar los increíbles sabores creados en esta pequeña quesería familiar.
Cubierto con hojas de laurel de la bahía de California, el Quinta es un queso de leche pasteurizada de vaca, de corteza florecida y de maduración suave, inspirado en el famoso Vacherin Mont d’Or, elaborado estacionalmente, y su cercana variación L’Edel de Cleron, ambos de la región montañosa del Jura a lo largo de la Frontera franco-suiza.
La textura interior es sedosa y la corteza es esponjosa, aunque ligeramente firme, con una hoja de laurel incrustada en la parte superior.
Cada rueda está envuelta con un cinturón de corteza de abeto a la que se le ha infundido la esencia del laurel de la bahía, que es autóctono de la región y siempre presente en la granja en Point Reyes.
Remojan la corteza en un té elaborado con hojas de laurel que cosechan en la misma granja. La esencia de laurel infunde la corteza y añade un toque herbáceo al aroma y sabor del queso, especialmente cerca de la corteza. El primer día se envuelve cada rueda con una tira de corteza y una ligera floración de moho Candidum blanco crece sobre la rueda durante los 20 a 30 días que permanece en la lechería. La corteza blanca del exterior es comestible; el sabor es delicioso con aún más laurel y notas terrosas y a setas.
El Quinta, se ha ganado los corazones de los amantes del queso desde su creación en 2020. Esta belleza de laurel recibió su nombre por dos razones. Primero, Quinta significa granja en portugués. Sus abuelos maternos eran de Portugal, por lo que este queso honra a su madre y a su herencia familiar Ferreira. Segundo, Quinta significa quinto en español. Resulta que este queso es el quinto producto de su línea principal, por lo que el nombre también tiene significado para el personal de la quesería principalmente latino, que trabaja muy duro (día tras día) para hacer que todos sus quesos sean maravillosos.
El Quinta es un queso que se ofrece en dos tamaños: ruedas de 10 cm de diámetro con un peso de 300 g y ruedas de 5 cm con 150 g de peso.
El Quinta es delicioso en cada etapa, y en cada edad. A los 30 días, huele a mantequilla y es láctico, como el suero de leche, con solo un toque amaderado cerca de la corteza. Tres semanas después, tendrá más aroma a champiñones, con toques de vainilla. Espere un par de semanas más y surgirán poderosas notas de hierbas, sotobosque, mostaza y tocino.
El Quinta debe disfrutarse a temperatura ambiente de una sola vez quitando una porción de la corteza superior y hundiendo una cuchara pequeña o un costón de pan. Si desea mejorar la receta, vierta en el interior un Riesling alsaciano seco o una cerveza dorada fuerte belga, espere unos minutos y tendrá un manjar de Dioses a su disposición. Para acompañar este queso, lo ideal es un vino blanco seco.