Queso de cabra La Prada
Quesos La Prada, es el proyecto de vida que Vicente Mateo y su hija Sara, han desarrollado desde 1982.
Su granja y quesería se encuentra en Los Espejos de la Reina, una población en pleno corazón de la Montaña de Riaño, situada al Noreste de la Provincia de León, en la vertiente sur de las montañas cantábricas. Se trata de una región formada mayormente por comarcas de pastoreo.
En sus caminos puede apreciarse todavía la vieja cultura de la Trashumancia, desde la Meseta castellana hacia los puertos de la Montaña.
Desde que Vicente y Sara comenzaron este proyecto de vida hace más de 40 años, han sido fieles a sus principios y a su forma de hacer:
Respeto a la materia. Creen en los productos hechos con ingredientes de alta calidad y sin prisas.
Elaboración sostenible y artesanal. Se toman el tiempo para hacer las cosas bien: crear y madurar sus quesos, cuidar a sus proveedores, a sus clientes y de su comarca. Y todo ello intentando optimizar el uso de recursos escasos como el agua, y de reducir el uso de plásticos para dejar la menor huella en el entorno.
Producto local. Apoyan la economía local y familiar. La leche que utilizan en sus quesos proviene de ganaderías familiares de la zona, que miman a sus animales tanto como ellos a sus quesos.
Un queso moldeado a mano y madurado con mimo en su cámara de afinado
semienterrada con paredes de piedra natural donde los quesos adquieren su sabor y corteza tan especial.
Este queso se elabora con leche cruda de cabra y está afinado con moho.
Con diferentes puntos de maduración, queso tierno desde 60 días de maduración, a queso curado con más de 90 días de maduración.
El queso presenta una corteza natural dura enmohecida de color grisáceo/pardo. Interior amarillento, pasta compacta con presencia de pequeños ojos. Queso de textura firme pero elástica y cierto grado de cremosidad.
Al acercárnoslo, olemos un suave aroma a cabra y fondo herbáceo.
En boca es mantecoso al paladar, con un marcado retrogusto ácido con fuerte presencia láctica y reminiscencias de frutos secos. La corteza aporta matices enriquecedores, terrosos y a madera.
Disponible en dos formatos. Formato en barra que se vende al peso.
También disponible en piezas de entre medio kilo y un kilo.
Se aconseja consumir el queso a una temperatura de entre 18ºC y 20ºC para poder apreciar todos sus sabores, aromas y matices. Sacar el queso del frigorífico y de su envoltorio entre 15 y 20 minutos antes de su degustación.
Una vez llevado a la temperatura adecuada, la mejor forma de apreciar el sabor característico es solo, con una rebanada de pan crujiente o acompañado con frutos secos ligeramente tostados y poco salados. También puede disfrutar de este magnífico queso en aperitivos, desayunos y tablas de quesos. Combina bien con vinos tintos de Tierra de León y también con blancos secos.
Fuentes consultadas y foto: Quesos La Prada