Néboa
El Néboa es un queso artesano elaborado por «Ganadería Quintián». Julio y Chelo, ganaderos de toda la vida, han montado su quesería para elaborar con su propia leche recetas tan espectaculares como este Néboa.
Quintián, es una ganadería familiar que nace del amor por la tierra en los años 60.
En el año 2010 apostaron por poner en valor su producto y su entorno desde este balcón a la naturaleza y crearon la quesería.
Su ganadería y quesería están ubicadas en O Páramo, en la provincia de Lugo, en la ladera de una montaña. Muy cerca del Camino de Santiago, con vistas a todo el valle por donde transcurre el Río Miño.
Esta orografía ha permitido hacer realidad el sueño de su quesería, construida bajo tierra, respetando el entorno y sin impacto paisajístico.
El bienestar de sus vacas, es una de sus prioridades, por eso les brindan los mejores cuidados y mimos para que sean felices.
Así como, una alimentación de calidad, basada fundamentalmente en forraje cultivado en su entorno.
Han sido pioneros en la venta directa de leche pasteurizada sin ningún tipo de conservante y actualmente se diferencian por sus quesos artesanos, moldeados y volteados uno a uno, lo que hace que sean únicos.
Cuentan con una cava (cueva) bajo tierra por donde se filtra agua a través de un muro de piedra por donde emana el agua de forma natural, consiguiendo un grado de humedad óptimo, que confiere a los quesos un carácter muy especial.
Durante el afinado, los quesos son volteados cada día, durante al menos un mes para conseguir uniformidad en la corteza, matices y sabores.
Néboa significa niebla en gallego y es un homenaje al clima característico de esta tierra.
Es un queso de pasta blanda de leche cruda de vaca, con una corteza natural enmohecida, blanca y aterciopelada que encierra en su interior una pasta de textura cremosa y untuosa.
Las notas de cata que nos da el maestro José Luis Martín son:
Olor láctico y fúngico. La corteza huele a champiñón y tierra húmeda. Algo adhesivo en boca, cremoso y fundente al paladar
Granulosidad de tipo fino.
Sabor láctico, con notas herbáceas y afrutadas.
Regusto agradable y persistente, con recuerdos a avellana cruda sobre un fondo persistente de mantequilla.
El queso se presenta en forma de ladrillo.
Si todos los quesos es importante consumirlos a temperatura ambiente, en este es imprescindible, si quiere saborear toda su fragancia de matices. Una vez llevado a la temperatura adecuada, dele al Néboa un papel protagonista con un buen pan crujiente.
Su textura cremosa lo convierte en el complemento perfecto para disfrutar de él en una ensalada tanto frío como calentado, o fundido sobre patatas cocidas al horno. Combina muy bien con un vino blanco tranquilo y fresco de la zona.
Fuentes consultadas: QAVA de Quesos y Ganadería Quintián