Nov 11, 2017

Nababbo

Leche: Cabra
Tipo: Pasta semiblanda, corteza lavada
Denominación de Origen: No
Materia grasa: 45-50%
Maduración: Mínimo 40 días
Aspereza: Media
Vino: Badia a Passignano (D.O. Chianti Classico)
País de origen: Italia
Región: Lombardía

El Nababbo es un sabroso queso de leche pasteurizada de cabra, blando y dulce que elabora CasArrigoni una quesería familia que produce y madura quesos de montaña según los más rigurosos principios de la tradición de Valle Taleggio. CasArrigoni se encuentra en Peghera un burgo del valle situado al norte de Bérgamo, en la región de Lombardía. Este valle está situado a una altitud de 850 metros y antes era difícil de acceder a él. Los habitantes mantienen sus propios rebaños de ganado para ser lo más autosuficientes posible. Una vez alguien definió el Val Taleggio como la «pequeña Suiza Bergamasca». Tal vez porque esta zona alpina es particularmente verde, dulce y acogedora.
El Nababbo es un queso semiblando de corteza lavada similar en estilo a Taleggio, excepto porque está elaborado con leche de cabra y tiene un formato rectangular alargado parecido a un ladrillo, en comparación con el distintivo cuadrado del Taleggio. Durante el proceso de envejecimiento, que ocurre en cuevas húmedas por más de 40 días, los quesos se lavan unas pocas veces a la semana para crear la rustica corteza con mohos amarillos y grises. El Nababbo es carnoso, pero está magníficamente equilibrado con el sabor a yogur agrio de la leche pasteurizada de cabra. La corteza es delgada. La pasta en el interior es del característico color blanco brillante del queso de cabra, tiene una textura cremosa y flexible que se parece mucho a los quesos típicos lombardos. Tiene un sabor suave, mantecoso y rico que conserva el regusto distintivo de la leche de cabra con un toque de amargor, también típico del queso de cabra y con un final terroso. Este queso también se conoce como Nobile di Capra. Cuando se lleva a temperatura ambiente, este queso es extremadamente suave. No rezuma ni se extiende por toda la mesa, sino que mantiene su forma, pero una vez que se muerde, prácticamente se desintegra en la lengua. Este cremoso queso va perfecto con una rebanada de pan crujiente y una buena copa de vino blanco seco. Es un ingrediente excelente para el risotto, pero ofrece su mejor versión en una torta salada caliente con cebollas caramelizadas y una pinta de cerveza.

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