Muzquia
Este queso es una creación de Paco Romero y Silvia Peláez, una pareja de emprendedores y propietarios de Lácteos Romero Peláez, bajo la marca comercial “Quesos & Besos”.
Su filosofía de trabajo se refleja en sus productos, teniendo total respeto por lo artesanal y la naturaleza; las instalaciones situadas en Guarromán, en la Comarca de Sierra Morena, han sido construidas para que el consumidor pueda visitarlas mediante un circuito externo Sus cabras, de raza malagueña pastan libremente en la montaña, esa libertad queda reflejada en la calidad de sus productos, fabricados con la combinación de procedimientos tradicionales con la innovación.
Todos sus quesos están elaborados artesanalmente seleccionando la mejor materia prima y trabajándola con mucho cariño y esmero. Cada queso de su quesería lleva un trocito de su corazón.
El resultado, unos quesos de gran calidad y naturales arraigados a lo mejor que ofrece esa maravillosa tierra. Elaboran deliciosos quesos artesanos: frescos en diferentes formatos, quesos de coagulación enzimática y quesos de coagulación láctica, así como otros derivados lácteos tales como cremas, yogur, cuajada, etc…
El Muzquia se elabora con leche de su propio rebaño de cabras, y coagulación mixta. Quiere ello decir que sobre la leche, pasteurizada de cabra en este caso, actúan tanto bacterias como cuajo para producir esa pasta blanda que enciende la lujuria de solo mirarla. Se someten las piezas de unos 300 g a maduración corta pero suficiente para generar una fina corteza de Penicillium Camemberti y Candidum. Terciopelo y piel de sapo con fondo amarillo y matices blanquecinos. El corte se rinde al cuchillo sin resistencia alguna, alumbrando una pasta blanca y tierna al centro, pajiza y muy cremosa bajo la piel. El aroma es fresco, a leche y nata con tenue nota caprina. Se suman notas vegetales y fúngicas.
En boca encontramos una textura ligera y sabores moderadamente dulces, nada ácidos. Domina el tono láctico sobre el resto de los matices, de nuevo se identifica caprino sin sobresaltos. Destella una chispa amarga antes de abandonarse a un regusto delicado y sencillo, y de poner a prueba una templanza que impida devorarlo con gula, promiscuidad y alevosía.
El nombre del queso hace referencia a la población donde se encuentra la quesería Guarromán. Una localidad con nombre pintoresco e historia curiosa. Fundada en el siglo XVIII dentro las corrientes de colonización de Sierra Morena impulsadas por Carlos III, sus primeros habitantes fueron colonos alemanes. Para el nombre de esta nueva población Olavide eligió el nombre de Múzquiz o Muzquia, en honor de Miguel Múzquiz, ministro de Hacienda del gobierno de Carlos III, conde de Gausa y uno de los impulsores de la empresa colonizadora.
Pero este nombre duró poco, solamente se utilizó durante unos escasos cinco meses en los documentos oficiales de 1768. Tanto los nuevos pobladores llegados desde Alemania, como los españoles de pueblos cercanos seguían llamando al nuevo municipio con el nombre de la antigua venta, Guarromán, y así ha permanecido hasta hoy.
Es importante comer este queso a temperatura ambiente para degustar mejor su riqueza de sabores. Una vez conseguida, es fantástico caliente untado sobre una crujiente rebanada de pan. Derretido sobre ensaladas. Se empareja perfectamente con frutos secos, mermeladas, tartas y miel. Marida especialmente bien con un vino dulce de postre.
Fuentes consultadas: birrasyquesos