Marquesa
La quesería tradicional de Cortes de Muar se encuentra en el pequeño pueblo de Negreiros, a pocos km. de Silleda (Pontevedra). El entorno está lleno de verdes prados y de pequeñas “carballeiras” (fincas con robles), un lugar donde cualquiera de nosotros querríamos vivir. Al lado del caserío de la familia se encuentra la quesería, de pequeñas dimensiones, donde las dos generaciones -padres e hijos- elaboran los quesos de manera artesanal.
El oficio ha pasado de padres a hijos, Germán y Rita García, que se incorporaron con nuevas ideas para darle a sus quesos un valor diferenciador. La producción es limitada, realizada con cuidado y esmero, y siguiendo los métodos tradicionales.
El nombre de “Cortes de muar” proviene de aunar el lugar en el que se encuentran las vacas que aportan su leche, las Cortes, en analogías a las Cortes Reales; y sus mugidos -el muar-, un “lenguaje” vacuno que Germán dice conocer a la perfección, sabiendo si las vacas están felices o estresadas.
En cualquier explotación ganadera gallega podríamos encontrar una vaca llamada “Marianne”, una “Marigold” una “Mimosa” una “Marela” o una “Marquesa”, y estos son los nombres que identifican algunos de los quesos que elaboran. Quesos, por los que ya recibieron numerosos premios, como el Oro en los World Cheese Awards en el 2014 para Mimosa.
Los quesos de “Cortes de muar” se elaboran exclusivamente con leche ecológica de primera calidad, procedente de vacas lecheras de libre pastoreo que se encuentran en la explotación de Antonio Carral, productor de la leche cruda “O Alle”.
Siguiendo los métodos de agricultura totalmente sostenible, los animales se alimentan solamente de productos ecológicos y hasta ellos mismos se fabrican sus propios piensos a partir de maíz y otros cereales.
El Marquesa es un queso artesano, elaborado con leche cruda de vacas que se alimentan en pastoreo libre, en los prados gallegos.
Se trata de un queso de apariencia rústica, plano, de unos 30 centímetros de diámetro y dos o tres de altura.
Este queso es de corteza fina, una película de color ocre con motas blanquecinas. Bajo esa corteza se esconde una pasta cremosa de color amarillo pajizo intenso.
Su aroma tiene notas de los mohos naturales que se forman en su corteza.
Su sabor tiene matices cítricos y un poco frutales.
Con una untuosidad marcada, este queso se puede casi untar sobre una rebanada. Su regusto es largo y duradero.
Funde con muchísima facilidad, con lo que lo puedes utilizar también en cocina, elaborando numerosas recetas.
Se trata de un queso que marida fenomenal con vinos blancos, cavas o cervezas.
Fuentes consultadas: Ni mata ni engorda
Foto: La trampa del ratón