Majorero
Los amantes del queso tienen una visita obligada al corazón de Fuerteventura porque allí se encuentra la cuna del queso majorero, uno de los productos más valorados de la gastronomía canaria. Se elabora con leche de cabra de raza majorera y cuenta desde 1996 con DOP denominación de origen Protegida.
La elaboración del queso majorero se realiza en la isla de Fuerteventura, una de las ocho islas que conforman el Archipiélago Canario, al suroeste de la península ibérica.
Se elabora con leche entera de cabra (cruda o pasteurizada).
En Fuerteventura, como en todas las islas Canarias, no abunda el agua, pero con la tuna, los cardos, los cactus y los arbustos, las cabras autóctonas se dan un verdadero banquete. La aridez del territorio reduce una producción lechera, sin embargo el sabor de la leche es intensamente aromático, casi perfumado.
El queso se presenta en forma cilíndrica, con una altura de 6 a 9 cm. Diámetro de 15 a 35 cm y peso entre 1 y 6 kg. Se reconoce por las impresiones de los moldes o pleitas en la superficie lateral.
El queso se presenta en tres curaciones distintas, por las que según su grado de maduración será utilizado de forma diferente.
• Majorero tierno: con una maduración de 8 a 20 días. Recomendado para consumir en el desayuno, merienda o en el postre con miel.
• Majorero semicurado: con una maduración de entre 21 a 60 días. Perfecto para el aperitivo acompañado de un buen vino.
• Majorero curado: con 60 días o más de maduración destaca por su sabor óptimo para acompañar las comidas.
Puede estar untado en aceite, pimentón o gofio:
• Untado en aceite; cobertura que da al queso su aspecto más natural, ayudando a su conservación y permitiendo degustar en estado puro.
• Untado en pimentón; (foto) Añade una nota de color rojizo a la corteza y le proporciona un sabor característico.
• Untado en gofio; Harina de cereal tostado impregnado en la corteza del queso, al que proporciona un sabor sobrio y definido.
Su masa al corte aparece compacta, de textura cremosa y sabor acídulo y algo picante.
Un queso graso de aroma intenso, con predominancia de cierta acidez quedando el picante reservado para quesos con una determinada curación. Se caracteriza por no presentar ojos, aunque pueden aparecer algunos pequeños.
De elaboración tanto artesanal como industrial, que por su calidad y su singularidad ha merecido importantes reconocimientos.
La relevancia del queso majorero ha revolucionado la gastronomía internacional. Diversos chefs de renombre han creado recetas únicas que incluyen este delicioso manjar.