Los Tambores
En el corazón de España se encuentra una región rica en tesoros gastronómicos, donde la antigua tradición de elaboración de queso se ha conservado a través de generaciones. Teruel y Aragón ofrecen una variedad de quesos únicos, cada uno con un sabor, textura e historia distintivos.
Entre los quesos artesanos aragoneses no podemos dejar de mencionar este realizado a base de leche cruda de oveja. Tiene 2,8 kilos de peso y un sabor que no deja imperturbable a ningún paladar.
Los Tambores es un queso elaborado por la quesería Fanbar. Desde Samper de Calanda, en el corazón del Bajo Aragón, la empresa familiar Fanbar lleva muchos años trabajando en la elaboración de quesos artesanos y naturales. Algunos de ellos, como Los Tambores o el queso Patamulo, gozan de un reconocido prestigio desde hace más de 40 años y otros se han ido incorporando con posterioridad.
En la década de los 70 surgió el proyecto de elaboración del Queso Los Tambores.
El proyecto tenía el objetivo de profesionalizar la actividad quesera, obtener el primer queso artesano con registro sanitario de la comunidad, conseguir un estándar de calidad y con todo ello acceder a los mercados nacionales más exigentes reservados, hasta entonces, para quesos procedentes de otras zonas del país.
El nombre, queso Los Tambores, es un homenaje a la tradición cultural y turística mas importante de la comarca, nueve pueblos pertenecientes a la Ruta del Tambor y el Bombo: Alcañiz, Andorra, Alcorisa, Calanda, Albalate del Arzobispo, Urrea, Hijar, La Puebla y Samper de Calanda.
El Queso Los Tambores es un queso artesano y natural, en su elaboración no se utiliza ningún aditivo ni conservante, es decir, sus ingredientes son: leche de oveja, cuajo, sal y tiempo. Esto lo convierte en un queso extraordinario en cuanto a sabor y aroma, pero es un queso vivo que evoluciona a lo largo de su vida. Al principio es un queso ligeramente ácido y con textura blanda en su interior; entre los 4 y los 6 meses aumenta su dureza y sabor y lo hace ideal para cortarlo a cuchillo y para trabajar en catering y en cocina; a partir de los 6 meses se vuelve duro, seco, de sabor fuerte y se rompe ligeramente al cortar. Aunque siempre recomendamos consumirlo a temperatura ambiente, en esta fase es necesario que el queso esté atemperado para poderlo cortar y trabajar mejor con el cuchillo.
Es un excelente queso de mesa, apto para ser consumido después de una comida acompañado de un buen pan o cortado en cubos y sazonado con una pizca de aceite de oliva. Combina bien con frutos secos crudos (almendras, avellanas) o con fruta fresca semidulce o ligeramente ácida. También es excelente en una tabla de quesos. Marida bien con vinos tintos con cuerpo de la zona del Bajo Aragón.