Le Sapin du Haut-Doubs

Si está familiarizado con las montañas Jura en Francia, sabrá que de ahí proviene el Comté. Pero en esa misma región, a unos 112 km al norte de Ginebra, en Pontalier, también se encuentra este queso estilo Camembert.
Este queso de corteza lavada que está hecho a partir de leche pasteurizada de vaca, lo produce una empresa familiar dinámica e independiente, la quesería Badoz que está instalada en Pontarlier, capital del Alto Doubs, en el Macizo del Jura. Esta región montañosa es la cuna de tradiciones milenarias y la experiencia que forman su reputación. En esos montes y valles se extienden praderas que contienen, temporada tras temporada, una flora rica y variada, que es el origen del carácter típico y reconocido de sus productos.
Hoy en día toda la leche se recoge exclusivamente de vacas Montbeliarde de las granjas circundantes dentro de un radio de 25 kilómetros. Estas vacas son de una raza lechera particularmente bien adaptada al clima de esta región, se alimentan felices pastando en los campos de hierba en verano, mientras disfrutan de heno enriquecido en invierno, dando a cada queso una rica nota floral.
El Sapin du Haut-Doubs, como todos quesos la quesería Badoz de pasta blanda, se cuida a diario. Su nombre evoca los magníficos paisajes de las montañas del Jura, y su fabricación y maduración deben estar a la altura de sus abetos. ¡Moldean y escurren lentamente la cuajada, el olor a nata que emana nos abre las papilas gustativas cada día! A continuación, se madura a mano durante 12 días, se frota y se voltea con regularidad antes de ser embalado en su preciosa caja de madera.
Tiene una corteza fina y muy flexible, de color rosado, cubierta de un velo de polvo blanco de moho. Su pasta es homogénea, de color marfil, lisa y brillante.
Es un queso bastante suave con un buen sabor cremoso y una textura muy suave.
El Sapin du Haut-Doubs es un queso de pasta blanda con una corteza ligeramente lavada y florida, elaborado con leche pasteurizada de vaca. Como su nombre indica, se produce en la región montañosa de Haut-Doubs, donde los quesos cremosos se presentan tradicionalmente en cajas de madera. Esto permite que se horneen directamente en la caja.
En boca se revela un sabor particularmente fino y delicado que sugiere aromas florales y un sabor cremoso ligeramente salado.
En nariz, hay un poco de apestosidad. Además, la leche rancia, obtendrá un toque de bosque de pinos. No es tan potente como un Époisses, pero definitivamente hay un bosque en ese queso.
La pasta es pegajosa y untuosa, pero una vez que lo tienes en la boca, el mal olor desaparece y cualquier vacilación de un paladar tímido se elimina con sabores de mantequilla suave y cremosa.
La mejor manera de comer este queso, es llevarlo a temperatura ambiente hasta alcanzar una consistencia similar a la fondue, y si eso no es suficiente, puede calentarse al horno sin quitarlo de la caja, a partir de ahí solo nos queda usar una cuchara o untar pan en el interior licuado, es sin duda una inmersión de placer. También puede usarlo fundido sobre pasta o verduras, con frutas y nueces, en sándwiches, para enriquecer sopas y para espesar salsas, y por supuesto en una tabla de quesos.
Marida muy bien con un buen vino blanco afrutado de intensidad aromática media para no enmascarar el sabor del queso.