Le Sanglé
Este queso de estilo tradicional es similar al Vacherin Mont d’Or, pero con la diferencia que le Sanglé está hecho a partir de leche pasteurizada y sabe un poco más rústico. Lo produce una empresa familiar dinámica e independiente, la quesería Badoz que está instalada en Pontarlier, capital del Alto Doubs, en el Macizo del Jura. Esta región montañosa es la cuna de tradiciones milenarias y la experiencia que forman su reputación. En esos montes y valles se extienden praderas que contienen, temporada tras temporada, una flora rica y variada, que es el origen del carácter típico y reconocido de sus productos.
Hoy en día toda la leche se recoge exclusivamente de vacas Montbeliarde de las granjas circundantes dentro de un radio de 25 kilómetros. Estas vacas felices pastan en los campos de hierba en verano, mientras disfrutan de heno enriquecido en el invierno, dando a cada queso una rica nota floral. Sanglé en español significa “atado” y hace referencia al cinturón de abeto que lo rodea y que proporciona al queso un carácter particularmente fuerte. El placer que proporciona al ingerirlo se lo debemos a sus secretos de fabricación. Madurado en un viejo túnel de carretera excavado en la roca, donde el ambiente natural, desarrolla su sabor único, durante su curación cada queso uno a uno se lava y voltea regularmente. Su corteza natural es muy flexible de color rosado, cubierta con una capa esponjosa blanca y fina. Su pasta es como la crema, brillante y untuosa y fluida. Su sabor se caracteriza por una pasta sabrosa de textura muy cremosa, con un aroma penetrante a bosque y sutilmente leñoso que persisten en la boca largo tiempo. El queso se comercializa en forma de disco redondo y plano con un peso de 250 g. Se recomienda consumirlo como una torta, llevándolo a temperatura ambiente, cortando la corteza por arriba con un cuchillo de punta como si quitara una tapadera y accediendo al interior del queso que debería estar cremoso, casi líquido, una vez abierto es importante remover la pasta para que todas las partes, tanto la que está junto a la corteza como la del centro se mezclen bien, así lograremos una pasta homogénea perfecta para untar con pan. Conserve la corteza superior del queso para mejor conservación. También puede servirse entero como plato de queso, con crackers y una buena combinación de fruta, o bien untarse sobre tostaditas y fundirse en el horno. Marida bien con un Bourbon o con un Pinot Noir.