Le Lunaire

Queso elaborado por La Fromagerie du Thouet, ubicada en Azay-sur-Thouet, una población francesa, en el departamento de Deux-Sèvres de la región de Nueva Aquitania.
Existen otros pequeños quesos de cabra blancos similares al Lunaire, pero con nombres diferentes. De hecho, casi todos los productores de quesos de cabra inventan su propio nombre. Así, entre la multitud de especialidades caprinas, muchas sólo se distinguen por su nombre y su procedencia.
El Lunaire forma parte de la ilustre familia de los cabécous que significa en lengua Oc, «queso de cabra pequeño», un nombre genérico que se le da a los quesos de cabra fabricados en un territorio muy amplio que va desde el Macizo central hasta los pies de los Pirineos.
En su estado de maduración medio (10-12 días) el Lunaire presenta una corteza enmohecida amarillenta y esponjosa, sumamente delicada, conteniendo una pasta algo más blanquecina pero igual de grácil. El aroma es suave pero con carácter. Llega láctico y caprino, recuerda la nata, mantequilla y nueces, muy discretamente hongos. En boca es mullido y cremoso, los sabores dulces, de nata, leche cocida y cereales. Tantea sin mucha convicción el lado ácido del asunto, con poca más el amargo pero con algo más de persistencia. Y se va, con tanta delicadeza y cortesía como llegó.
Este queso lo comercializa en sus tiendas, Marie Anne Cantin.
Untado generosamente sobre una rebanada de pan de campo rústico ligeramente tostado, es un concentrado de placer. También se puede tomar caliente, acompañado de una ensalada, por ejemplo.
Para permanecer en armonía, serviremos un vino blanco con acento sureño. La elección es amplia: Bergerac, Montravel, Coteaux-de-l’Ardeche, Cot-du-Roussillon, Rib-du-Luberon, Cot-du-Ventoux e incluso Côtes-du-Rhône.