Le Chapelou
Le Chapelou, queso de la región de La Chapelle-Laurent, se elabora desde 1971 en la Fromagerie Gardon, a partir de leche de vaca termizada recogida en un radio de 10 km alrededor de la quesería que se encuentra a 1000 m de altitud.
Jérôme Gardon descubrió el queso muy pequeño. Su abuelo Henri creó la quesería Gardon en 1935 en La Chapelle-Laurent en Cantal. En los años 70, la familia Gardon creó sus primeros locales de transformación en La Chapelle-Laurent. El relevo de Henri está asegurado por sus dos hijos, Jacques y Rolland, que organizan la recogida de leche y la transformación en queso.
Pero al final de esta década, el mercado está en crisis. Los dos hermanos Gardon tienen entonces la idea de inspirarse en las antiguas técnicas de fabricación de los granjeros de Cantal. Crean un nuevo producto, un queso de país, que los antiguos refinaban en sus sótanos. Había nacido el Chapelou.
A finales de los 90, Jérôme, el hijo de Jacques, entró en la empresa como aprendiz. Ha desarrollado la gama del Chapelou, El Chapelou natural (este del que hablamos aquí), Le Chapelou au lait cru (con leche cruda de montaña) Le Chapelou Bleu (su queso azul), y a los “artisons” (esos pequeños ácaros que favorecen la evolución interna del queso). También se está estudiando una gama biológica.
El queso de leche termizada, más conocido entre los lugareños como «queso de campo», «Chapelou» o incluso «Chapelle Saint Laurent», es atípico y rico en aromas, de pasta semiblanda, sin prensar ni cocer, con una corteza florida,
Su sabor suave y consistencia firme lo convierten en una apuesta segura, que revelará sabores que se desarrollan durante la maduración. Durante su maduración se desarrolla una corteza florida de color amarillo natural. Este queso te sorprenderá, y más si lo comes a temperatura ambiente, con sus notas frutales y su pasta suave. Puedes conservarlo durante 3 meses o incluso más según tus gustos. Le recomendamos que conserve su Chapelou en su papel original, colocado en el compartimento de verduras de su frigorífico o incluso en una caja de quesos, esto le permitirá prolongar su maduración.
¡Recuerda sacarlo 20 minutos antes de degustarlo para que potencie su sabor!
Podemos servirlo para disfrutarlo como queso de mesa cortado en dados pequeños o con pan y ensaladas o acompañado de frutas frescas, es una gran elección para una tabla de quesos. También se puede derretir sobre gratinados (tomates, calabacines, patatas, berenjenas). En invierno, puede añadir su sabor especial a tu raclette, fondue o tartiflette. Disfrútelo con un vino tinto de uvas Cabernet franc.