Le Cabri
El Cabri es otra pequeña joya de la corona de la quesería Le Père Bafien, que hace una amplia gama de deliciosos quesos de cabra, incluyendo su queso del mismo nombre. La quesería Le Père Bafien, ubicada en Neuville de Poitou desde 1983, es el último artesano «affineur» que utiliza el método tradicional del salado manual que le permite ser reconocido, y que aporta a los quesos una particularidad que los distingue en la excelencia.
La convicción en este saber hacer artesanal les hace sentirse orgullosos de poder ofrecer quesos de calidad, de esa tierra, y estar cerca de los mayoristas a través de Francia, cerca de los lecheros – queseros, de especialistas en comidas preparadas (catering), de restauradores y en diferentes mercados. Le quesería en una escala humana, está compuesta de apasionados, que se esfuerzan lo largo de los años y con el mismo fervor en hacer descubrir la quintaesencia de los sabores únicos que despertarán, sin duda alguna, en interés en nuestras papilas. El Cabri es un queso de cabra madurado, de leche pasteurizada de cabra, de coagulación lenta, de pasta blanda no cocida y corteza florida. Es un queso pequeño, redondo y cilíndrico, de 7 cm de diámetro 5 cm de altura, y tiene un peso mínimo de 170 g después de 10 a 11 días de maduración (sujeto a secado). La corteza regularmente estriada es blanda con moho blanco amarillento o, a veces azul, tiene una consistencia semirrígida y una pasta blanca y homogénea. Si madura durante largo tiempo, el queso se encoge, el moho aumenta y la pasta se vuelve dura y seca hasta convertirse en quebradiza. El Cabri joven tiene un aroma caprino y un ligero y cremoso sabor a nuez. Con el paso del tiempo adquiere un sabor más picante, sin llegar a ser en ningún momento excesivamente potente. Como curiosidad los quesos se salan en seco con sal marina procedente de la Isla de Ré. El mejor período para degustar el Cabri es la primavera, época en que brotan las flores y las hierbas aromáticas con las que se alimentaran las cabras cuya leche se usa para elaborar el queso. Se puede saborear gratinado sobre pequeñas rebanadas de pan, en ensaladas o macerado en vino blanco. Tradicionalmente este tipo de quesos se sirven con un vino blanco, un Sancerre por ejemplo es una excelente opción.