Las Tres Amigas
Este queso lo elabora la Quesería Alejandro Casielles 1913 que se encuentra en Vega de Poja, una parroquia del concejo de Siero, en el Principado de Asturias, en medio de un entorno privilegiado y rural.
Esta misma quesería no hace mucho se llamaba Castañeu de Vega. Pero, a comienzos de 2020 la empresa cambio de manos y tras un periodo de formación quesera con los anteriores propietarios, se hizo cargo de ella Alejandro Casielles. La quesería también ha pasado a denominarse como el nuevo dueño. Alejandro tomó con entusiasmo el relevo y a pesar de no tener experiencia en el arte de hacer quesos, contó con formidables maestros que le ayudaron y, actualmente María José Gómez la antigua propietaria que por un problemas de salud tuvo que dejar su negocio, se ha incorporado a la plantilla en labores de asesoramiento, distribución y comercialización.
Y aquí está Alejandro Casielles dos años después, enamorado de los quesos y habiendo cosechado premios y reconocimientos. No le ha ido mal pese a ser un recién llegado en la elaboración. En los últimos World Cheese Awards, celebrados el 2 de noviembre en Gales, se llevó una plata con su variedad añejo de cabra y con la de cabra viejo envuelto en forma de caramelo. Además, logró un broce con este queso de tres leches, «Las tres amigas», que suma a su medallero ya estrenado en el Mundial de los quesos celebrado el año pasado en Oviedo.
De la mezcla magistral de la eche pasteurizada de vaca 60%, cabra 20% y oveja 20% nace un queso de autor con sello asturiano. El queso «Las Tres Amigas» de Alejandro Casielles madurado durante un mínimo de tres meses para afinar el sabor de un manjar extraordinario. Un queso que es fruto de la combinación de las elaboraciones artesanales con las técnicas más innovadoras. La apuesta personal de Casielles por seguir ofreciéndonos quesos que sorprenden al tiempo que enamoran.
Su corteza nos revela que estamos ante un queso artesanal madurado en bodega lo que le confiere un aspecto seco, rugoso y firme, bien formada, limpia y de un tono amarrillo avejentado, mientras la pasta va del pajizo central al amarillento periférico, con textura dura y quebradiza, ojos irregulares y dispersos.
El aroma es de queso añejo, de leche bien madura, mantequilla vieja y cuero. Domina este ambiente vetusto sobre los recuerdos lejanos de pasto y campo. Resulta el bocado más amable y menos seco de los esperado, con su punto crujiente. El sabor combina bien un dulzor acaramelado con un justo punto salino, surgiendo luego una acidez suave pero prolongada. Llegan al paladar notas de manteca, caramelo, frutos secos y sotobosque, sumando a última hora un discreto aporte mineral y especiado. El regusto se estira dulce y ácido, reafirmando el carácter de queso maduro y certificando un logrado equilibrio.
Para acompañar este queso nada mejor que combinarlo con miel, mermelada o con sidra dulce, especialmente como punto y final a una buena comida.
Fuentes: Birrasyquesos, QuesosAsturianos.com