La Flor de Palencia
El queso La Flor de Palencia está amparado por la marca «Queso Castellano» que viene a ser como una denominación de origen protegida de los quesos de la zona de Castilla y León.
Castilla y León presenta unas características muy particulares, tanto por su clima mediterráneo continental, como por su diversa vegetación y su extensión. Estos factores hacen que cuente con una gran riqueza ganadera. Por una parte, el perímetro montañoso y el interior llano, son elementos de contraste y unidad en el relieve castellano leonés, en cuanto a dirección, nivel y forma. Por otro lado, en Castilla y León crece un sinfín de plantas aromáticas (espliego, tomillo, romero, salvia, hierbabuena, orégano…), cuyos aromas, al ser estas plantas parte de la alimentación del ganado, se transmiten al queso. Todo esto hace que en esta comunidad se posea una materia prima de gran calidad, y en abundancia, ya que es la primera comunidad en cuanto a cabezas de ovino y bovino. Unida a todos estos factores, está la forma de elaboración del queso en Castilla y León, que constituye toda una tradición, y que hace que el producto final sea muy valorado por quienes aprecian el queso. El queso la Flor de Palencia se elabora con leche cruda de ovejas de las razas Churra y Castellana. El Queso presenta una forma cilíndrica con las caras superior e inferior ligeramente convexas. Los pesos, según los tamaños comerciales, pueden ser de uno, dos o tres kilos. La corteza de parafina es cerrada, compacta y de color amarillento a beige. Está bien grabada, los laterales presentan el zigzag del cincho y la parte superior e inferior en forma de espiga por el marcado de la «flor» del entremiso utilizados como moldes. Obviamente esta corteza no debe comerse. La Pasta está prensada, no cocida, ligeramente elástica y húmeda y de color amarillento. El corte es compacto, sin ojos, aunque presenta pequeñas oquedades de tipo mecánico. Es de tipo graso a extragraso. El sabor es desarrollado e intenso, pero algo acidulo, muy poco picante y correcto de sal, mantecoso y fundente al paladar. Es importante consumir el queso a temperatura ambiente, si quiere saborear toda su fragancia de matices. Una vez llevado a la temperatura adecuada, disfruté de este queso en tapas con un buen pan crujiente, y maridado con vinos tintos jóvenes y rosados secos de la zona.