Katherine
Para la mayoría de los amantes de los quesos hablar de «Somerset» es pensar de inmediato en el Cheddar. Este condado rural es el punto de partida para los elaboradores del clásico queso Cheddar inglés, incluyendo el Montgomery y el Keen’s.
Pero aquí se hace un queso que no guarda ninguna relación con el Cheddar. Bautizado Katherine y producido por la White Lake Cheese, esta joya se hace con leche cruda de cabra, es semi-duro y de corteza lavada. El Cheddar no podría ser más diferente. Katherine es un homenaje de quesero Roger Longman a su novia. Longman y su socio el quesero, Peter Humphries, habían ideado anteriormente un queso que se llamaba así por su novia, ‘Rachel‘. Longman, posiblemente temiendo represalias en casa, desarrolló una versión de leche cruda del mismo queso y lo bautizó con el nombre de su compañera. El Katherine se elabora con leche cruda de cabra y cuajo animal, el queso se lava con aguardiente de sidra. Con un peso de aproximadamente de 2,27 kg. mide alrededor de 5 centímetros de alto, el Katherine se lava con salmuera y aguardiente de sidra durante su maduración de dos meses, durante los cuales desarrolla una pegajosa corteza exterior salpicada de mohos de color amarillo, naranja, blanco y grises. La pasta de color marfil está abierta, con unas pequeñas grietas, y muy aromático, con un olor que sugiere la cebolla salteada, el ajo y la carne asada. La textura era sedosa y flexible, el sabor es sumamente pleno y complejo, bastante salado. El acompañamiento perfecto, naturalmente, es la sidra Burrow Hill de Somerset, que constituirá el complemento perfecto para este tipo de queso. Si no se consigue, cualquier sidra de manzana también puede ser adecuada. Con galletas de mantequilla y mermelada de manzanas.
Fuente: Janet Fletcher