Ilha dos Mistérios
El queso ‘Ilha dos Mistérios’, lo elabora desde mayo del 2020 la Cooperativa Leite Montanha, ubicada en Lajes do Pico una villa portuguesa en la isla del Pico, hogar de la montaña y el volcán más grandes de Portugal.
El 5 de junio de 2019, comenzó a tomar forma la historia de un queso que pronto se llamó Ilha dos Mistérios (Isla de los Misterios).
El sector lácteo no es ajeno a las dificultades naturales de cualquier mercado. Ante esta situación y las adversidades específicas por las que viene pasando, la Cooperativa Leite Montanha y sus predecesoras, su presidente Jorge Pereira en las diversas conversaciones a lo largo del tiempo y la necesidad que tenía la Cooperativa de apostar por productos de valor añadido, lanzaron el desafío de desarrollar un queso que podría corresponder a este propósito.
Surgiendo, un queso diferenciado, que destaca, por su color blanco, su cremosidad, pero sobre todo por su sabor único e intenso.
¿Porque el nombre de Ilha dos Mistérios? En la isla de Pico, los campos de lava basáltica son la seña de identidad, depositarios de innumerables y diversas huellas de la actividad volcánica que dio origen a la isla.
Estos campos de lava están asociados a erupciones presenciadas por las poblaciones, hace 300 años, quienes, temerosos, designaron como “misterios” a tales terrenos rocosos y baldíos nacidos del fuego de la Tierra.
El queso se elabora con leche fresca y pasteurizada de las vacas lecheras criadas en régimen extensivo, que pastan en verdes pastos que rodean el inmenso cono volcánico de la Sierra del Pico. El Ilha dos Misterios honra la belleza y la historia de la isla, con un sabor único que es agradablemente cremoso y mantecoso, con un marcado carácter afrutado.
Es un queso ligeramente picante con una corteza comestible y sabrosa y una textura entre el «amanteigado» (blando) y el semiblando. A medida que el queso madura, se vuelve más robusto, con sabores a champiñones.
Es un queso hermoso, más que eso, es realmente un gran queso, con un sabor fantástico y muy marcado, que merece ser conocido y degustado adecuadamente, aunque aún es difícil de encontrar en el continente.
Algunos famosos chefs lo describen como el «Camembert portugués», concepto del que yo discrepo, al no usarse leche cruda en su elaboración.
Es importante comer este queso a temperatura ambiente para degustar mejor su riqueza de sabores, una vez conseguida, es fantástico untado sobre una rebanada de pan. Se empareja perfectamente con frutos secos, mermeladas, tartas y miel. Marida especialmente bien con un vino de postre, como un Oporto o con vinos dulces de vendimia tardía y también con el vino blanco de Aregôs de la variedad inversa.