Hafod
El Hafod es un queso duro tradicional hecho a mano de forma artesana por Sam y Rachel Holden en la granja orgánica más antigua del País de Gales, la Bwlchwernen se encuentra en el oeste de Gales, cerca de la costa en Ceredigion Bwlchwernen Fawr. El negocio es propiedad y está operado por Patrick Holden, junto con su esposa, Becky, el hijo de Patrick Sam y su esposa Rachel. La granja Holden Dairy Farm ha sido cultivada de forma orgánica desde hace 35 años, por el padre de Sam, Patrick Holden, director de la Soil Association.
Aunque el Hafod es un queso con raíces tradicionales de Gales, antes que la familia Holden se hiciese cargo, la receta se había sometido a diversos cambios, con la introducción de algunas influencias Suizas. Sin embargo, Sam Holden decidió en 2008 volver a hacer el Hafod según sus raíces galesas y cambiaron la receta para reflejar cómo se producían cheddars en su comunidad hace cincuenta años.
En la quesería sólo usan la leche cruda de su propio rebaño de 65 vacas Ayrshire para hacer el Hafod. La leche de las vacas Ayrshire es rica en grasa y proteínas, y está ampliamente considerada como ideal para la fabricación de queso. Es esta combinación única de la leche Ayrshire orgánica cremosa y densa junto a las técnicas tradicionales de la fabricación aportan al queso un sabor rebosante y puro. Con el tiempo de maduración, se vuelve duro y correoso, con un sabor vivaz y complejo y un gusto final a hierba.
El nombre – Hafod (pronunciado Havod) – es galés y se usa para designar el lugar de verano o de pastoreo. En el caso de la granja, Hafod es un área de la pradera junto al río Aeron donde todas las vacas pastan como terneras de cría antes de unirse a la manada de ordeño.
El Hafod se comercializa con forma de tambor con un tamaño de 25,4 cm. tanto de diámetro como de altura y un peso de 10 kg. Al Igual que muchos cheddars tradicionales, los quesos jóvenes están envueltos en tela y cubiertos con una fina capa de manteca de cerdo para protegerlos durante el envejecimiento que puede ser de 10-18 meses, pero por lo general el mínimo es de 12 meses, tiempo durante el cual se desarrolla una corteza enmohecida tradicional, que protege en su interior una pasta de color amarillo dura, y muy compacta.
Resulta ideal para una tabla de quesos y delicioso con pan crujiente y una jarra de cerveza fría. Es un gran queso de mesa cuando se combina con manzanas frescas y peras. Se funde muy bien, por lo que es muy apropiado para platos gratinados.