Graeff van Blesckens
Este queso lo elabora la quesería De Graafstroom en Bleskensgraaf en la provincia holandesa de Holanda Meridional. En la primavera de 1908, quince ganaderos de la zona de Bleskensgraaf decidieron unirse. Así nació De Graafstroom, la lechería lleva el nombre del canal que atraviesa el pueblo de Bleskensgraaf. Durante años, la leche fue transportada en barco a lo largo de De Graafstroom, pero ahora los barcos, bicicletas, carros tirados por caballos y carros de mano han sido reemplazados por camiones «refrigerados» que mantienen la leche fresca y agradable. La lechería sobrevivió dos guerras mundiales y la catastrófica inundación de 1953.
A lo largo de los años, siempre han mantenido altos niveles de calidad para su queso, incluso cuando la leche estaba racionada o cuando las aguas del Mar del Norte llegaron a la puerta de la lechería. La cooperativa lechera DeltaMilk adquirió la quesería en 2009, lo que significa que esta fábrica, donde producen 45.000 toneladas de quesos Gouda curados naturalmente – redondos y cuadrados – de 450 millones de litros de leche es ahora propiedad conjunta de 180 ganaderos.
La quesería De Graafstroom se encuentra en el medio de Alblasserwaard. El Alblasserwaard es un pólder (un pólder es un término neerlandés que describe las superficies terrestres ganadas al mar), y es principalmente conocido por los molinos de viento de Kinderdijk, cuyo conjunto fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Por su estratégica ubicación, se trata de un sitio accesible, de gran belleza natural y sumamente recomendable para dar un paseo y conocer algo más de la historia de los pólderes en Holanda. Pero también es un excelente lugar de campos con ricos pastos para el alimento de las vacas que dan una leche de altísima calidad.
En los últimos años, esta cooperativa ha desarrollado hermosas recetas, que desde entonces han ganado numerosos premios internacionales.
Es un queso de leche pasteurizada de vaca estilo Gouda, con un sabor refinado, rico y cremoso gracias a un proceso de maduración natural que se prolonga durante unos 10 meses, debido a esto, es aterciopelado, y presenta finos cristales que parecen de sal, pero que en realidad son de tirosina.
El Graeff van Blesckens es un queso de pasta dura, que se ablanda considerablemente en el paladar, dándole una sensación casi cremosa, con crujientes cristales de tirosina (aminoácidos) intercalados en toda la superficie, formados naturalmente durante el proceso de envejecimiento.
El sabor es dulce y de nuez, con un aroma que recuerda a los cacahuetes, avellanas tostadas, tocino y mantequilla. Posee un flagrante maravilloso y dulce aroma de caramelo de mantequilla típico de los Goudas curados, pero el Graeff van Blesckens es más sutil. Es difícil decir si este tipo de queso es más sabroso que dulce. Llena la boca de una masa nítida, pero sin la empalagosa dulzura de algunos Goudas y con el contraste de los cristales que van surgiendo al masticar.
La quesería elabora dos variaciones de este queso, que las diferencia según su contenido de grasa, 48% y 30%, dentro de estos dos tipos, hay distintos grados de maduración, desde joven hasta extra maduro (el que podéis ver aquí, es uno de 48+ con 10 meses de maduración).
Es perfecto para comer solo o acompañado con pan crujiente. Es el típico queso para bocadillos, a comer en cualquier hora del día. En tablas de quesos o para aperitivos. En cocina, rallado y/o gratinado, sobre patatas cocidas, o en platos de pasta. Va muy bien con grandes tintos de barrica.