Fleur de Lin
El Fleur de Lin es un queso «fermier» (de granja) elaborado con leche cruda entera de vaca, de pasta blanda y corteza florida, al que se le incorporan semillas de lino tostadas marrones y doradas. Lo producen unas pocas granjas situadas en el departamento de Sena Marítimo, en la región de Normandía.
Está hecho al mismo estilo que su famoso paisano Neufchâtel, aún que es menos salado y más cremoso.
En su elaboración, añaden a la leche su propio fermento láctico y cuajo animal. Una vez la leche cuajada, los quesos son moldeados a mano con cucharón individualmente. El moldeado al cucharón «moulé à la louche«, significa que se llenan los moldes cuidadosamente a mano, el cucharón lo hace posible, gracias a un gesto delicado y controlado por la mano del hombre, para no romper la cuajada en trozos pequeños, lo que favorece un drenaje lento y un mejor desarrollo del sabor.
Luce la forma de una flor de lino de cinco pétalos, flor que embellece los campos de Normandía con un hermoso azul celeste, anunciando los hermosos días del verano. Siendo el lino un producto emblemático de esa región, sus pequeñas semillas son reconocidas por sus beneficios.
Su corteza, de color marfil, es flexible, fina y está cubierta por un hermoso y uniforme plumón blanco de moho. Cuando el queso está más curado, se seca.
Su pasta, de color crema, es densa y calcárea en su corazón. Con el tiempo, se volverá más suave y fundente. Está adornada con semillas de lino incorporadas durante su fabricación.
En nariz, el Fleur de Lin ofrece un ligero olor a champiñones.
En boca es un queso muy untuoso, de sabor cremoso y ligeramente salado, con un lado crujiente debido a las semillas de lino. ¡Más madurado, ganará en carácter!
Como ya he dicho, este pequeño queso se comercializa con su forma floral y pesa entre 160 y 200 gramos.
Para degustar toda la riqueza de sabores se recomienda el consumo a temperatura ambiente. Una vez llevado a la temperatura adecuada, es fantástico untado sobre una rebanada de pan. Se empareja perfectamente con frutos secos, mermeladas y miel. En una tabla de quesos al final de una comida. En cocina disfruté de este queso con verduras (pimientos, calabacines, quiches vegetarianos). Marida especialmente bien un vino afrutado como un Côtes-du-Rhône.
Foto: Le Guide Du Fromage