Faisselle
Antepasado de los quesos, el Faisselle se elabora desde hace mucho tiempo en la campiña francesa, principalmente en el centro de Francia. Pero debido a que su nombre no está protegido por ley, se puede producir en cualquier otro lugar del país.
Se han encontrado rastros del uso del utensilio del mismo nombre que se remontan a hace más de 12.000 años. Esta cesta en aquella época estaba hecha de mimbre.
La palabra “faisselle” proviene del latín “fiscella” que significa “cesta pequeña”. De hecho, este queso fresco de sabor suave y ácido toma su nombre del pequeño recipiente cuyas paredes están perforadas y en el que se coloca la cuajada para dejar escurrir el suero. Existen faisselles de diversos tamaños y formas (cilíndricas, redondas, cuadradas) y de diversos materiales (acero, mimbre, barro, madera, cerámica, plástico, etc.).
La Faisselle es un queso fresco que forma parte de la gran familia de los «fromages blancs» (quesos blancos), se elabora con leche cruda, termizada o pasteurizada de vaca o de cabra, más raramente de oveja, fabricado en toda Francia.
Generalmente se comercializa en botes de 500 gramos o 1 kilogramo.
Es un queso muy fresco y por tanto sin corteza.
Su pasta, blanca como la nieve, es brillante y su textura es húmeda, frágil, untuosa, fundente y ligeramente grumosa.
En boca, la Faisselle ofrece un sabor suave, con un gusto láctico fresco y pronunciado con notas aciduladas que casi burbujean en la lengua. Sin embargo, su sabor variará según la leche utilizada, pero también en función de las estaciones y de la alimentación de los animales.
La Faisselle se utiliza con mucha frecuencia en preparaciones culinarias por parte de buenos cocineros. Se disfruta tanto como postre salado condimentado con hierbas o como postre dulce con miel, azúcar y frutas.
¿Pero como se hace? Como todos los quesos, procede de la coagulación de la leche mediante fermentos lácticos y posiblemente cuajo. Este luego se separa en dos fases: la cuajada, sólida, y el suero líquido.
La cuajada se coloca en una pequeña cesta perforada, recipiente que le da nombre: la Faisselle. Esta pequeña cesta se coloca inmediatamente en una olla en la que se deja escurrir.
¡La Faisselle es, por tanto, simplemente un queso blanco que se encuentra en fase de escurrido!
Ten cuidado, no se puede conservar más de 5 días.
Su sabor ácido aporta un toque de frescura a muchos platos, tanto salados como dulces.
Degustado simplemente con un trozo de pan con aceite de oliva, hierbas y pimienta o en pasteles, quiches o gratinados, la Faisselle nunca deja de sorprendernos.
En versión dulce, acompáñalo con mermelada, muesli, un chorrito de miel, algo de fruta. Como ingrediente en repostería, queda igual de bien en una tarta pavlova como en una mousse. El maridaje dependerá de la forma que consuma el queso, pero un vino dulce de la denominación de origen Gaillac, puede ser una excelente opción.
Fuentes consultadas y foto: Le Guide du Fromage