Eth Blanquet
Este queso lo elaboran los hermanos José Antonio i Òscar Tarrau en su quesería Hormatgeria Tarrau ubicada en el pueblo de Bagergue de 63 habitantes, es el más alto del Valle, situado a 1.419 m de altitud, en el sector más meridional del valle de Unhola. Sin duda la quesería artesanal situada a más altura de los Pirineos. El Valle de Arán es el único valle español orientado al norte de los Pirineos e influenciado fuertemente y desde tiempos inmemoriales por las costumbres de Occitania. Tanto es así que es la única quesería de Cataluña que, por cuestiones logísticas, puede disfrutar del asesoramiento del AFFAP, asociación de queseros fermiers y artesanos franceses, en vez de formar parte de Acrefa, traspasando barreras políticas y administrativas. ¡Sólo os diremos que las vacas están felices en semilibertad y que pastan en Francia!
Los hermanos Tarrau querían recuperar un típico queso aranés y con la calidad de la leche de vaca del Pirineo de Lleida. Fue una iniciativa que surgió en el empeño por desestacionalizar la vida laboral de la familia, y como su la abuela ya era productora y comercializadora de quesos, se preguntaron por qué no recuperar sus recetas, utilizando nuevas tecnologías pero manteniendo la esencia del auténtico y antiguo queso de montaña aranés.
Desde el 2006 han trabajado para conseguir el antiguo queso aranés, un queso con el mismo aspecto, textura y sabor que el que elaboraba su abuela Genoveva, y lo han conseguido.
Eth Blanquet (el blanquito) es un queso de pasta blanda elaborado con leche cruda de vaca, coagulación enzimática y madurado con hongos.
Tiene una maduración de 45 días en cava, con una humedad y temperaturas ideales por la proliferación de los hongos «penicilium candidum» que le darán un gusto y aroma característicos.
Cremosidad agradable en boca, donde los hongos le dan un gusto intenso y muy sabroso.
Se comercializa en formato redondo con un peso aproximado de 330 gr. la pieza.
Una suave corteza blanca y florida encierra un rico sabor, textura mantecosa, con una pasta de un blanco intenso (de ahí su nombre). Cuando el queso es joven y apenas ha alcanzado la madurez, el centro todavía es un poco calcáreo, y los sabores cítricos están presentes. Cuando se permite que el queso continúe madurando durante otras 2 a 3 semanas, el centro escamoso da paso a una textura rica y pegajosa, y se ofrece un sabor algo más intenso.
Como siempre, es aconsejable llevarlo a la temperatura ambiente antes de disfrutarlo para obtener toda la gama de sabores que nos puede ofrecer este queso.
Su textura cremosa lo convierte en el complemento perfecto para disfrutar de él en una ensalada tanto frío como calentado. Se puede comer solo, con un buen pan crujiente, o usarse para cocinar. Marida maravillosamente con una copa fría de vino blanco sin crianza y además, haciendo un pequeño guiño a la palabra “blanco” que ambos productos usan.