El Torrat
Este queso lo elabora, Formatges Mas el Garet, en Tona, Barcelona. Isidre Mas y Lluís Mauri son los dos socios de la quesería, Luis es quien tiene las cabras, todas de raza murciano-granadina, y las cuida en el mismo Mas del Garet, y cada día por la mañana baja la leche de las cabras a la quesería para que Isidre, que es el quesero, elabore quesos y matones de una calidad envidiable, ya que únicamente elaboran con la leche de su granja.
Todo empezó en 1999, con sus primeras 100 cabras, cuando en Cataluña nadie apostaba por la leche de cabra. Con el cambio de milenio nació el primer cabrito y la idea de crear quesos con la leche de sus cabras.
En marzo de 2006, después de cursos y catas empezó a cuajar todo.
Las ganas de hacer un queso único, artesano y de su tierra les sacó adelante un proyecto que se hizo realidad el 29 de abril de 2007, cuando inauguraron la quesería.
La necesidad lleva al ingenio y cuando en el mercado se especulaba con el precio del grano, vieron que podían ser autosuficientes y cerrar el círculo de producción. Así lo hicieron y desde entonces, cultivan la tierra para hacer crecer los forrajes, cereales y leguminosas con las que alimentan sus cabras.
Esta transformación les hizo ver que estaban muy cerca de la certificación ecológica, así que acabaron de dar el salto y en 2012 conseguían el certificado para sus productos.
Mas el Garet es una quesería con vocación de futuro, ya que su proceso de producción es autosuficiente de principio a fin. Producen de forma ecológica mediante ciclo cerrado. Además, desde septiembre de 2012 también cuentan con el sello ecológico del Consejo Regulador de la Producción Agrícola Ecológica (CCPAE).
El Torrat es un queso elaborado con una mezcla de leches pasteurizadas de vaca 90% y cabra ecológica 10%, que están protegidas por el sello «Leche de Cabras Catalanas», de coagulación enzimática y con una fina corteza de color beige anaranjado.
Un queso de edición limitada. Del que solo se han hecho 485 piezas de 3kg, de gusto intenso y con buena cremosidad, de textura cerrada y elástica que le aporta el equilibrio de los dos tipos de leche. Madurado y repuesto durante más de 7 meses en las cámaras de la quesería donde se ha mimado cada día y se le ha podido dedicar todo el saber.
En boca se muestra un queso goloso, envolvente y profundo, con aromas finales de nueces y frutos secos.
Combínalo con mermeladas dulces o ácidas, o con frutos secos (especialmente con los tostados), cortado en láminas en la ensalada… o bien disfrutarlo solo. Como el resto de los quesos, recomiendo consumirlo a temperatura ambiente porque el frío esconde gran parte de sus aromas y sabores. Sírvalo con un vino afrutado o buen cava catalán.