Eguia
Desde 1950, la quesería Matocq fabrica, madura y comercializa sus productos siguiendo la más pura tradición. Todo comenzó cuando Jean Matocq construyó los primeros hâloirs (cámaras o cavas de maduración) en su antigua granja bearnesa para madurar los quesos fermiers (de granja) y venderlos en los mercados locales. Más tarde, se creará una pequeña quesería donde se desarrollarán todas las especialidades.
Hoy en día, la quesería Matocq ofrece una gama completa de quesos pirenaicos fabricados en el Alto Béarn y en el corazón del País Vasco. El proceso de maduración continúa en las bodegas de la quesería Matocq, situada en Asson, al pie del Col du Soulor, respetando las tradiciones ancestrales.
¡Las tres razas de ovejas locales: Basco-Bearnesa, Manech de cabeza negra y Manech de cabeza rojiza, son las guardianas de sus tradiciones! ¡La leche de estas ovejas, permite ofrecer una generosa y variada gama de quesos lácteos y de granja, capaces de deleitar a los paladares más exigentes!
La quesería Matocq, profundamente arraigada en su terruño, ofrece un queso de sabor excepcional, el buque insignia de la gama: es el Ossau-Iraty, que desde 1980, forma parte de la prestigiosa familia de Denominaciones de Origen Controladas.
Otro de sus quesos es este Eguia cuyo nombre significa «verdadero» en euskera, ¡y entenderá por qué este queso tiene un nombre tan acertado!
Este queso artesano se elabora con leche pasteurizada de oveja.
Su maduración específica con corteza «morgée» se realiza sobre tablones de madera, en cámaras húmedas. Durante más de 4 meses, su corteza se lava y se frota regularmente con el mayor respeto por los métodos tradicionales de los pastores. («morgée» es una expresión francesa que hace referencia aquellas cortezas que durante la maduración del producto están cubiertas con una fina capa de agua salada, que contiene una flora superficial específica (bacterias resistentes a la sal)). Este método tradicional confiere a su corteza una gran flexibilidad y su característico color amarillo anaranjado.
Este proceso de maduración tradicional realza todos los sabores de la leche de oveja. Confiere a su pasta homogénea, de color amarillo marfil, un sabor afrutado muy aromático y una textura increíblemente fundente.
Sus aromas son muy afrutados y perfumados y su sabor peculiar, frutal y con toques de levadura, mezcla de acidez y dulzura, y un regusto duradero. Firme pero tierno y ligeramente granulado
Regularmente premiado en el Concours Général Agricole de París, el Eguia obtuvo una medalla de bronce en 2020. Se puede disfrutar con mermelada de cereza negra o un poco de pasta de membrillo. Su sabor afrutado combinará perfectamente con un vino blanco dulce y fragante como un Jurançon dulce o un Sauternes.