Diabolo Gourmet
Este queso procede de la región montañosa de Toggenburg, una región de leyendas, misterios e historias fantásticas, cuna de antiguas leyendas sobre la naturaleza salvaje con espíritus y demonios, muy estrechamente ligadas a las costumbres tradicionales.
El queso adquiere todas sus cualidades en la quesería local, donde es producido con leche cruda y fresca de vaca de manera artesanal, siguiendo una antigua receta. Los suelos fértiles y exuberantes prados donde se alimentan las vacas, las hierbas vigorosas y el clima le dan al queso su seductora nota de sabor. Junto con la mano del maestro quesero y el cuidado y maduración de hasta 6 meses en el clima de la cueva refinan este queso hasta que ha desarrollado su delicada pasta y su aroma completo con su seductora nota diabólica. Este queso de montaña suizo es relativamente nuevo. Aunque hay bastantes quesos de este mismo estilo, este destaca por su pequeño tamaño comparado con muchos otros quesos alpinos, por lo que necesita menos envejecimiento para desarrollar sus interesantes sabores. El queso se envejece durante un mínimo de cinco meses, pero realmente parece haber madurado mucho más tiempo. Durante su proceso de envejecimiento, el Diabolo Gourmet se lava y se cuida regularmente de modo que obtiene una consistencia tierna y un aroma pronunciado. La textura es densa y cremosa con apenas un toque de la crujiente textura cristalina que el envejecimiento aporta al queso. El aroma es inconfundiblemente afrutado, con apuntes de miel silvestre y notas de pimentón y albaricoque, pero el sabor es a nuez y afilado, con un buen toque de dulzura en el final. Muchos describen el Diabolo Gourmet como un queso dulce como la miel, suave y cremoso al tiempo que intenso: un queso con muchos rostros, una tentación diabólica que esconde su delicado corazón en una corteza negra. El queso se presenta con forma de rueda plana de 29 cm de diámetro, de 4 a 5 cm de altura y un peso de 4 kg aprox. Su corteza es negra y plastificada (no comestible), y protege en su interior una pasta color marfil hasta ligeramente amarillenta, fina y fácil de cortar, con algunos agujeros redondos y pequeños (del tamaño de un garbanzo). Es importante consumir el queso a temperatura ambiente, si quiere saborear toda su fragancia de matices. Una vez llevado a la temperatura adecuada, disfruté de este magnífico queso solo, con una rebanada de pan o en aperitivos, desayunos y tablas de queso, en cocina es delicioso rallado sobre pastas y sopas, también sobre patatas, verduras o cremas y también para hacer una fondue cremosa. Marida especialmente bien con vinos blancos de aromas a flores silvestres y fruta amarilla.