Cyriel

Este queso lo elabora Kaasmakerij Karditsel una quesería situada en Lummen, un municipio de la provincia de Limburgo en la región belga de Flandes.
En marzo de 2015, los experimentados queseros Magda Bauweleers y Giedo De Snijder fundaron Kaasmakerij Karditsel. Fieles a la artesanía tradicional del queso, estos queseros procesan manualmente la leche de cabra orgánica de Goerenhof en quesos de cabra blandos de leche cruda.
Como propietarios originales de Kaasmakerij, Magda y Giedo evolucionaron de hacer quesos para el consumo local, a líderes del mercado del queso de cabra belga artesanal. Para poder garantizar la calidad artesanal de sus quesos, optaron deliberadamente por mantener la quesería Karditsel a pequeña escala.
Como productor «fermier» (de granja), Karditsel procesa exclusivamente la leche de un rebaño de cabras en Lummen, a saber, la del Goerenhof, la granja de cabras orgánicas de Koen Vanroye donde se encuentra Karditsel.
Después de encarrilar firmemente a Karditsel, Giedo y Magda traspasaron su quesería al actual equipo de queseros en 2022. Además del criador de cabras Koen, que ha estado involucrado con Karditsel desde el principio, también se sumaron su hermano Tom como gerente y su cuñada Liesbeth como asistente administrativa. Juntos mantienen la quesería en el camino correcto.
El Cyriel es un barril lleno de contradicciones, le gusta vestir de blanco y negro al mismo tiempo. El Cyriel es el dandi de la familia y, según sus propias palabras, siempre tiene ventaja.
Cyriel es un queso curado con una corteza de moho blanco que, como el Morbier del Jura, tiene una fina capa de carbón vegetal en el centro de la pasta.
El Cyriel es un queso elaborado con leche cruda y orgánica de su propio rebaño de cabras. Debido al procesamiento de la leche cruda, conserva todos los ingredientes útiles de la leche, en particular, las bacterias del ácido láctico, las levaduras, los hongos, enzimas y vitaminas. Una garantía de sabor y carácter y un queso que sigue dando testimonio de la tierra de la que procede la leche.
Moldeado a mano con un cucharón o una pala de Brie… Se trata del vaciado de la cuajada capa por capa vertiéndolo en un molde de queso. La presión natural de las capas superiores de cuajada en el molde de queso crea un prensado natural que da como resultado una textura láctea fina y sin granos y un sabor sutil.
Visualmente el Cyriel es muy llamativo, debido no solo a su corteza, si no también a una fina línea de ceniza, que cruza por el centro del queso. La textura es ligeramente calcárea, con una pasta que parece que se desmoronara en cualquier momento, pero la suave cremosidad la mantiene unida y compactada, justo el tiempo suficiente para poder comerlo.
La leche de cabra le da profundidad al queso, que nos deleita con un sabor florecido con un toque de leche fresca, y un punto de salinidad motivado por la línea de ceniza que pasa a través del centro, el color negro de la ceniza logra un marcado contraste con la pasta blanca.
Este queso se comercializa después de 3 semanas de maduración, con forma de pequeño barril redondo, con un tamaño de: 8,5 cm de diámetro y 5 a 6 cm de alto, y un peso de ± 200 g.
El Cyriel obtuvo un Segundo puesto Biocaseus 2017 en la categoría queso madurado de cabra. Biocaseus es un concurso internacional bienal de quesos orgánicos, otorgado durante Biofach en Núremberg (Alemania).
Llevado a temperatura ambiente, el Cyriel es ideal para untar, se extiende de maravilla en baguettes, galletas, o cualquier otro tipo de pan. Es el perfecto complemento para acompañar un plato de verduras, o sobre una ensalada de rúcula y lechugas tomates. Es excelente para tablas de quesos, pues aporta color, texturas y una forma nueva. Lo acompañaremos con vino de hielo original de Mosel.