Crutin
Antiguamente, en las Langhe se solían madurar los quesos en los «crutin«, pequeñas bodegas excavadas en la toba, sin luz ni ventilación para la conservación y afinamiento de los mejores vinos. En algunos casos en su interior había cisternas para recoger agua en épocas de sequía, mientras que las bajas temperaturas de las estancias más profundas transformaban estas estancias en heladeras, auténticos congeladores, en los que la nieve, una vez compactada, se aislaba con capas de paja. o paja de trigo. Estas bodegas también era el lugar donde los quesos se colgaban de la bóveda con una cuerda para darles aire, pero sobre todo para protegerlos de los roedores.
Este queso elaborado con leche pasteurizada de vaca, de textura quebradiza enriquecido con trufas de verano laminadas, tiene una consistencia granulosa que recuerda vagamente a las antiguas y casi mágicas estancias de estas bodegas, de ahí la idea de Beppino Occelli de llamarlo así. Es un queso verdaderamente especial, una gran experiencia para el paladar.
Beppino Occelli es una pequeña quesería familiar que se encuentra en Langa, cerca del centro histórico de Farigliano en el Piamonte italiano.
Al pie de los Alpes Marítimos, en los terrenos de la granja de Beppino Occelli se encuentran: pastos, campos, bosques y establos.
Allí, en la oscuridad de las bodegas de maduración, el tiempo funciona, junto con el aire y el agua, para llevar los quesos a su plena madurez. Los expertos afinadores de Beppino Occelli voltean periódicamente las formas, las examinan, las acarician y las masajean hasta el día en que estén listas para llevarlas a la mesa.
La textura de Crutin es compacta y desmenuzable, con intensos aromas de la bodega, donde ha estado madurando durante varios meses, redondeado con el inconfundible sabor de la trufa.
Es un queso verdaderamente especial, una gran experiencia para el paladar.
El Crutin tiene forma de cilindro de unos 9 cm. de alto y 7 cm. de diámetro, con un peso de unos 300 g.
Este queso no solo es excelente para tomar solo como queso de mesa, sino también como ingrediente para rellenos o para enriquecer platos de pasta o ñoquis. Se recomienda maridarlo con vinos nobles piamonteses como el Barbaresco o el Barolo.