Cremosuco a la Cerveza
Este queso lo elabora la quesería Herederos de Tomás Ruiz bajo la marca, La Pasiega de Peña Pelada. Esta quesería cántabra fue fundada en el año 1917 por Brígida Ruiz, en la localidad de Liérganes.
En el año 1970 una hija de Brígida y su marido junto con algunos de sus hijos ya crecidos, y con ánimo de seguir la tradición familiar, se trasladan a un pueblo vecino, La Cavada (Riotuerto), mejor comunicado con los mercados de Santander y Bilbao. En ese momento la empresa pasa de denominarse Hijos de Brígida Ruiz a Hijos de Tomás Ruiz.
La evolución de la industria, las nuevas normativas de seguridad alimentaria y la expansión del propio negocio, lleva ya a los Hijos de Tomás a montar una nueva quesería. Así que en 1997 se trasladan a unas nuevas instalaciones también en La Cavada. Y aquí comienza a fraguarse una nueva filosofía en la empresa centrada en las modernas instalaciones y maquinaria manteniendo siempre los procesos y elaboración tradicional. A día de hoy son sus bisnietos quienes continúan la tradición quesera con su marca siempre presente “La Pasiega de Peña Pelada” y con una gran variedad de quesos (Nata de Cantabria, frescos, tiernos, madurados, de leche cruda, pasteurizada, ahumados…). Además de elaborar otros nuevos productos como este Cremosuco a la Cerveza, siempre bajo la máxima de aunar tradición e innovación.
El Cremosuco a la Cerveza es un queso artesano hecho con leche pasteurizada de vaca que se leva con cerveza “942” una American Pale Ale de DouGall’s, una destilería situada en la localidad vecina de Liérganes, a escasos kilómetros de la quesería, y el Cremosuco aúna por tanto dos sabores cántabros convirtiéndolo en un producto de cercanía.
Se trata de un queso frágil y blando, todavía húmedo. Presenta una fina corteza ligeramente enmohecida. La pasta es tierna como un abrazo, se puede cortar con un cuchillo sin necesidad de ningún tipo de esfuerzo, para mostrar un interior blanco marfil, cremoso, con algunos ojos de origen mecánico. A medida que avanza la maduración, el queso se vuelve más untuoso y fundente, justo debajo de la corteza donde comienza a producir una proteólisis.
Huele a pan y cereal, a leche fresca, a ratos a yogur. Se deja entrever la cerveza, pero se integra sin reclamar protagonismo. El sabor toma carrera para resaltar esa parte de miga de pan recién hecho, de cereal crudo, de levadura. Los temas lácticos, apoyados en una acidez que no eclipsa el dulzor, se inclinan hacia el yogur. Acude entonces un moderado amargor, que nos habla de frutas y especias y se estira luego en el regusto. El mordisco cremoso y húmedo, confortable como un sillón junto a una chimenea, termina de componer experiencia tan curiosa.
El queso pesa 350 g y se presenta en un cajita de lámina muy delgada de madera sin tapa para mostrar su hermosa y elegante apariencia, pero tapada con envoltorio plástico que lo protege.
El Cremosuco a la Cerveza obtuvo la Medalla de bronce en los World Cheese Award 2021, la Medalla de oro en ese mismo concurso del año 2016 y fue finalista en el Gourmet Quesos del 2016.
Es muy importante servir siempre todos los quesos a temperatura ambiente y en este concretamente es imprescindible, si quiere saborear toda su fragancia de matices. Una vez alcanzada esa temperatura, puede servirse en una tabla de quesos, o con frutas frescas como manzanas, peras o uvas. En la cocina, se puede utilizar para mejorar muchos platos cotidianos incorporándolo a salsas, quiches, tartas, gratinados. El maridaje ideal es por supuesto la cerveza, a poder ser la misma con que se lava.
Fuentes consultadas y foto: Birrasyquesos