Cheval noir de l’Isle
El Cheval noir de l’Isle es un queso elaborado por la Fromagerie de l’Isle, en Quebec, Canadá, desde el año 2001.
Es una de las 21 islas del río San Lorenzo. En esta pequeña isla de sólo 156 residentes y 10 fabricantes de productos lácteos han puesto en común su leche para crear esta cooperativa. La Fromagerie de l’Isle comenzó a operar en 1977 de una manera modesta. Ha conservado su carácter tradicional hoy en día transforma la leche de todos los productores de leche de la isla. La cooperativa también elabora un Cheddar de alta calidad, un queso de pasta blanda con mucho carácter llamado Mi-Carême, también hacen un queso blando de corteza florida y doble cremosidad que, lleva el nombre de un famoso pintor de la isla el Riopelle de l’Isle, así como el recientemente desarrollado Tomme de Grosse-Île. De apariencia provocativa, pero dulce y sensual, este queso de leche termizada de vaca y corteza gris, florida y cubierta con una fina capa de ceniza vegetal comestible, en su interior presenta una pasta semi-blanda lisa de color que varía de amarillo pálido a amarillo pajizo según las estaciones. En nariz, presenta un agradable aroma a leche fresca ligeramente ácida y a musgo a medida que envejece, mientras que en boca revela una textura fundente con sabor a mantequilla y avellana. Un queso de apariencia similar a la leyenda de este desconocido caballo negro, pero con una textura y un sabor perfectamente domesticados. El nombre Cheval Noir (caballo negro) proviene de la leyenda que los habitantes de Île-aux-Grues todavía hablan hoy con asombro de un gran caballo negro que galopaba a través de la isla de un lado a otro, relinchando y agitando la melena y la cola al viento y desapareciendo finalmente en las frías aguas del río San Lorenzo en una noche tormentosa. El queso se comercializa en forma de rueda plana de ± 1,7 kg. Este queso consiguió la medalla de Bronce en su categoría en los World Cheese Awards 2018 (Campeonatos del Mundo de Quesos) celebrados en Bergen, Noruega. Es importante no retirar la corteza ya que ésta le aporta el sabor ligeramente salado y ahumado. Llevado a temperatura ambiente, resulta ideal untado sobre una rebanada de pan. También combina de forma maravillosa calentado sobre ensaladas, en sopas o para espesar las salsas. Los vinos que mejor acompañan a este queso son los blancos aromáticos y redondos.