Chaussée aux Moines es una marca comercial propiedad del grupo agroindustrial Lactalis que designa un queso industrial francés de pasta prensada no cocida de leche pasterizada de vaca.
Fundamentalmente, se trata de un ‘mini’ queso raclette. La historia de esta marca está vinculada a la Sociedad Familiar Independiente Célia implantada en Mayenne en Craon y en Saint-Florent-le-Vieil en el departamento francés de Maine y Loira. El nombre del queso viene de su lugar de fabricación: la Chaussée aux moines en Craon, cerca del Monasterio de Saint-Clément. La sociedad fabrica y comercializa desde 1927 mantequillas, quesos y leche en polvo. En 1983 Célia creo y lanzo al mercado la marca Chaussée aux Moines. En 2006, el grupo industrial lácteo Lactalis compró la Sociedad Familiar Célia. El queso se elabora de las leches de vacas refrigeradas que se compran y se recogen entre los ganaderos bovinos en un radio de 25 Km. alrededor de Craon y mezcladas entre ellas. Se someten a pasteurización y se llevan a una temperatura adecuada para el coagulado. La cuajada obtenida es moldeada y prensada en una tela, que le da el característico grabado a la corteza. Las condiciones y la duración de su maduración son secretos de fabricación, pero lo que si sabemos es que durante ese proceso el queso desarrolla una corteza delgada, comestible y de color dorado. Su interior es blando, suave y de olor fuerte. Se trata de un queso industrial, de leche de distintos rebaños, que se fabrica y comercializa todo el año con la forma cilíndrica abombada, base plana y en tres tamaños distintos, 230, 340 y 450g. El Chaussée aux moines es, en el lenguaje de los profesionales, un «PPNC», que significa un queso a pasta prensada no cocida. Él es el primero de su categoría, con un 42 % de cuota de mercado. Un éxito que debe, desde sus orígenes, a la voluntad del grupo familiar francés Celia de conquistar el país. Su arma, además de las calidades gustativas del producto, es la publicidad, que ya desde sus inicios, ha impactado positivamente en los consumidores, mezclando de forma original el humor con un aire litúrgico. Una mermelada de albaricoque – mermelada con un aroma delicado y un final agridulce que combina perfectamente con la fragancia fresca y el carácter graso del queso. O en una tabla de quesos al final de una comida.