Chartreuse
El Chartreuse es un queso fermier (de granja) elaborado por la Ferme de Plantimay, ubicada en Saint-Joseph-de-Rivière en el valle de Chartreuse en el departamento de Isère de la región de Auvernia-Ródano-Alpes.
En el origen de Plantimay, una explotación heredada de padres a hijos durante cinco generaciones… Allí se crían vacas Montbéliard y cabras Saanen o Chamoisées y producen quesos «fermiers» (de granja) elaborados con leche cruda. Ofrecen una gama completa de quesos: Saint-Marcellin, Saint-Félicien, Béret de Marius, Tomme de Chartreuse, quesos mixtos de leche de vaca/cabra como el La Tour du Bonheur y quesos de cabra y leche cruda de vaca embotellada.
También crían un rebaño de vacas Aubrac por la calidad de su carne. Contribuyen a la conservación de paisajes excepcionales mediante la ocupación de pastos.
Son 4 socios: Benoit, Sylvain, Pascale y Claude Francillon acompañados por un equipo de empleados.
El Chartreuse es un queso de granja elaborado con leche cruda y entera de vaca, con una pasta blanda y una corteza florecida y relleno en el centro con una jalea verde de Chartreuse.
Es un pequeño queso de forma cilíndrica.
Su corteza, de color marfil, es fina y ligeramente plisada. Está cubierto de un fino plumón blanco de moho.
Su pasta blanca es densa y flexible al mismo tiempo. Al cortarlo, descubrimos en su centro una fina y regular línea de jalea Chartreuse verde.
Al olerlo, el Chartreuse ofrece un aroma de licor de Chartreuse.
En boca es un queso fresco, ligeramente ácido, con aromas florales del Chartreuse que se mantienen en boca. ¡Un sutil equilibrio!
El licor Chartreuse deriva su singularidad de su color natural, su potencia y complejidad aromática procedente de 130 plantas, flores, cortezas, raíces y especias. Su elaboración requiere varias semanas de trabajo por parte de los padres Cartujanos en su destilería Aiguenoire en Entre-Deux-Guiers en Isère.
La jalea Chartreuse que adorna este queso está hecha artesanalmente por Sandrine Chappaz, chocolatera de Saint-Laurent-du-Pont.
Es muy importante servir siempre todos los quesos a temperatura ambiente y en este concretamente es imprescindible, si quiere saborear toda su fragancia de matices.
Como todos los quesos este tipo, es perfecto acompañado de frutos secos (almendras, nueces) y frutas frescas, como fresas, también combina de forma maravillosa calentado sobre una crujiente rebanada de pan, derretido sobre ensaladas. En tablas de quesos pondrá una nota de originalidad por su decorativa línea verde de jalea.
Marida bien con vinos tintos afrutados de media crianza y blancos de Saboya y del Ródano (Côtes du Rhône).