Capriolina
El Capriolina lo fabrica la Casearia Arnoldi Valtaleggio SRL, situada en el pueblo de Taleggio, cerca de la ciudad de Bergamo en Italia.
La Casearia Arnoldi Valtaleggio SRL es una empresa nacida de la fusión en 2007 de tres empresas activas en el mercado de maduración y comercialización de quesos típicos lombardos: Ca’ de Ambros, F.Lli Arnoldi y Arnoldi Evaristo.
Hoy distribuyen sus productos por toda Italia, en buena parte de Europa y en más de 14 países del mundo.
Está quesería produce quesos en el Val Taleggio, un valle alpino situado 85 kilómetros al noreste de Milán, ya en la provincia de Bérgamo. Es el río Enna el que durante siglos ha tallado el Barranco de Val Taleggio, un espectacular desfiladero de tres kilómetros entre San Giovanni Bianco y Taleggio. Aunque si por algo es conocido este valle es por el queso Taleggio, queso con denominación de origen que elabora la Caseria Arnoldi y que está considerado uno de los quesos blandos más antiguos del mundo.
Conocido como la pequeña Suiza de Bérgamo, el valle está situado a unos mil metros sobre el nivel del mar. El paisaje es de un verde intenso, tranquilo y acogedor. Un nutrido grupo de vacas pastan por toda la zona. Taleggio tiene los ingredientes necesarios para que la leche que producen los animales sea de una excelente calidad muestra de la íntima comunión de estos con la naturaleza que les rodea y de la que se alimentan.
El Capriolina es el queso más nuevo de Arnoldi, un pequeño queso de leche pasteurizada de cabra y corteza lavada. Aromático y mantecoso, tiene la acidez típica del queso de cabra y una buena dosis de hedor. Debido a su pequeño tamaño y forma única de lavado (un secreto muy bien guardado de la familia Arnoldi), el Capriolina tiene un sabor más pronunciado que los quesos de corteza lavada más grandes como el Malghese.
Para no perderse ningún detalle de la riqueza de sabores, recomiendo sacarlo del frigorífico, para consumirlo a temperatura ambiente al menos una hora antes de su degustación.
Gracias a su pequeño tamaño (225g) es perfecto para disfrutarlo solo, así que simplemente sírvalo con pan tostado o con pan fresco y crujiente y algo de fruta. La riqueza de este Capriolina se acentúa y equilibra maravillosamente con el Prosecco y vinos espumosos dulces y secos.