Camembert du Boulonnais
El Camembert du Boulonnais es un queso de leche cruda de vaca, de pasta blanda y corteza florida, elaborado por los hermanos Bernard, de la Fromagerie Sainte Godeleine en su granja Ferme du Vert, situada en Wierre-Effroy una población francesa, en el departamento de Paso de Calais en la región de Altos de Francia.
Los hermanos Bernard, fabricantes de quesos artesanales, transforman la leche de las granjas ubicadas cerca de su quesería en el corazón de los montes del Boulonnais, región de pastos por excelencia, rica en hierbas entre arboledas y praderas.
Antoine y Joachim Bernard producen quesos, donde el sabor y la calidad se conjugan naturalmente con la noción de artesanía que todos los aficionados de los quesos auténticos buscan hoy en día.
La Costa de Ópalo de donde procede este queso es una región costera del norte de Francia, que bordea el mar del Norte y el canal de la Mancha. Está situada frente a los acantilados del sureste de Inglaterra.
Esta región goza de un clima excelente para el pastoreo, muy parecido al de Normandía donde se elabora su vecino con más pedigrí el Camembert de Normandía AOP. Los prados están naturalmente bien regados por las lluvias del mar, y los vientos marinos traen una pizca de sal sobre la hierba en la que pastan las vacas.
El Camembert du Boulonnais es un queso “fermier” (es decir, de granja) de fabricación artesanal, y moldeado con cucharón. El método «moulé à la louche» es manual, y la leche de excelente calidad de las granjas vecinas se utiliza tan pronto cuando se realiza el ordeño. Por eso este camembert de leche cruda tiene un sabor tan especial, tan fino, tan perfumado.
El Camembert du Boulonnais es un cilindro plano de 11 centímetros de diámetro, 2,5 centímetros de alto con un peso de 250 gramos.
Su corteza, de color blanco, se cubre con un fino plumón blanco uniforme.
Su pasta, de color marfil a amarillo claro, es lisa y flexible, a veces cremosa en su centro cuando es joven.
En boca, es un queso con carácter, a imagen de su terruño y de sus campiñas, de gusto fino y perfumado con sutiles notas de mantequilla. Su sabor evoluciona con el tiempo, desde la dulzura láctica hasta los aromas más marcados de la tierra.
Se degusta durante todo el año, pero ofrece sus mejores sabores en primavera y otoño.
Es importante comer este queso a temperatura ambiente para degustar mejor su riqueza de sabores, una vez conseguida, es fantástico untado sobre una rebanada de pan. Se empareja perfectamente con frutos secos, mermeladas, tartas y miel. Marida especialmente bien con un vino de postre, como un Oporto o con vinos dulces de vendimia tardía y también con vinos espumosos.