Brunat
Este queso lo elaboran los hermanos Andreu y Pere Rovira junto a Carlota Lacasa la mujer de Pere, en la quesería familiar Mas Rovira. La quesería está situada en Sora, al norte de la comarca de Osona, limitando con el Ripollès, un pequeño pueblo ganadero con muchos pastos, en un entorno privilegiado rodeado de sierras y montañas, que da un microclima único e idóneo para madurar quesos y obtener un sabor excepcional.
La Formatgeria Mas Rovira elabora quesos artesanos con leche cruda de vaca y leche de cabra de sus tierras fabricándolos como se hacía antiguamente.
El origen del logotipo de la quesería, es la marca de fuego que se utilizaba antiguamente en la masía para marcar e identificar las ovejas. Data del año 1845, y se puede encontrar una copia en el museo de historia del Monasterio de Ripoll, aparte de la original expuesta en la quesería.
La tipografía de las letras utilizadas en la marca comercial, son una réplica de las que escribió su bisabuelo en la fachada de la casa familiar.
La integración de estos dos símbolos, ligados a su historia familiar, es el que da fruto, valor y continuidad a sus raíces y su compromiso con su tierra.
Brunat es el primer queso fabricado a base de leche pasteurizada de vaca Bruna de los Pirineos, una de las pocas razas bovinas autóctonas de Cataluña.
El secreto de este queso único no está solo en su ingrediente principal, la leche de unas vacas que, hasta la fecha, habían sido de especialización cárnica y de trabajo mixto, sino que también radica en un modo de fabricación tradicional y en la óptima calidad de vida de los animales.
La Bruna de los Pirineos produce una cantidad de leche muy inferior al de la vaca Frisona u otras razas de producción lechera. Pero, como pasa en casi todos los ámbitos, “menos es más” o “en el bote pequeño hay la buena confitura”.
El Brunat es un queso de leche pasteurizada de vaca, es de cuajada enzimática y pasta prensada, y su corteza es de color marrón, que nos recuerda al del pelaje de la Bruna de los Pirineos, que evoluciona a un marrón pálido gracias a los lavados con agua y sal que se hacen durante su afinamiento y maduración, que es, de 45 a 60 días.
Este tipo de corteza proporciona un sabor más complejo y con mayor cuerpo. La pasta, es flexible, untuosa y homogénea y con numerosos agujeros, y la textura es semidura. En cuanto a sabor, es agradable, franco y afrutado, y para poder disfrutar plenamente es importante consumirlo a temperatura ambiente.
La llegada al consumidor final ha nacido a partir de una alianza para su producción y comercialización entre Bonpreu y Esclat y la quesería Mas Rovira de Sora (Osona).
El queso en estos establecimientos lo comercializan en cuñas de 200 g envuelto en un elegante papel donde explican un poco de la historia de la vaca Bruna y en su interior el queso envasado al vacío.
Es importante consumir el queso a temperatura ambiente, si quiere saborear toda su fragancia de matices. Una vez llevado a la temperatura adecuada, la mejor forma de apreciar el sabor característico es solo, con una rebanada de pan crujiente o acompañado con frutos secos ligeramente tostados y poco salados. También puede disfrutar de este magnífico queso en aperitivos, desayunos y tablas de quesos. En cocina es delicioso rallado sobre pastas y sopas, también sobre patatas, verduras o cremas. Combina bien con vinos tintos de aromas frutales.
Fuentes consultadas y foto: Mas Rovira