Briquette de l’Angoumois

Este queso artesano lo elabora la Fromagerie Jousseaume, en Roullet-Saint-Estèphe una población en el suroeste de Francia, situada en el departamento de Charente (región de Nueva Aquitania).
Es en una campiña tranquila y apacible, rica en tierras dedicadas a la agricultura donde está instalada la familia Jousseaume desde 1958. Con un rebaño de 500 cabras lecheras y un centenar de hectáreas de tierra, los alimentos naturales (heno, paja, cereales de la propiedad) aportan a la leche los activos necesarios para obtener un queso de cabra de alta calidad, sinónimo de queso de granja o «fermier». Actualmente las generaciones se suceden y se diferencian desde que Alain Jousseaume tomó el relevo de su padre Gilles. La sociedad, forjada de una larga experiencia, y de un saber hacer ancestral, propone quesos tradicionales de cabra de gama alta, mientras se mantiene en constante desarrollo.
La Briquette de l’Angoumois es un queso «fermier» (de granja), elaborado con leche cruda de cabra, de pasta blanda y corteza florida.
Es un queso con forma de ladrillo que pesa unos 170 gramos.
Su corteza de color crema es fina y bellamente plisada. Está cubierto de un plumón blanco fino y uniforme de moho.
Su pasta, muy blanca, es fina, flexible y densa al mismo tiempo y sin ojos.
En nariz, la Briquette de l’Angoumois ofrece un aroma a leche y paja fresca.
En boca es un queso fundente, fresco y ligeramente picante, con marcados aromas caprinos.
La Briquette de l’Angoumois se escurre en un paño, a la antigua usanza, lo que le confiere su textura particularmente fundente.
Es un queso estacional, que se fabrica sólo de marzo a octubre, periodo en la que el quesero respeta el ciclo natural de cría de las cabras, que al mismo tiempo es cuando los pastos tienen la más alta concentración de los aromas y sabores que lo identifican.
La Briquette de l’Angoumois toma su nombre de la región en la que se elabora, cerca de la localidad de Angulema, una población del sudoeste de Francia situada a orillas del río Charente; es la capital del departamento de Charente.
Se puede comer solo acompañado de frutos secos (almendras, nueces o una mezcla) y frutas frescas, como peras. Gracias a su textura fundente le hace ideal derretido sobre pan tostado o para incorporar caliente sobre ensaladas y verduras. Su forma original no dejará indiferente a nadie cuando lo ponga en una tabla de quesos. Puede degustar la Briquette de l’Angoumois con un vino blanco seco de Bergerac.
Fuentes consultadas y foto: Le Guide Du Fromage