Brânza de Burduf

El Brânza de Burduf es un tipo de queso salado, elaborado principalmente con leche de oveja, aunque también se hacen versiones con leche de vaca o mezcla de ambas. Proviene del sudeste de Transilvania, Rumania.
La leche de las ovejas se transforma lentamente en un producto solidó, utilizando una fuente rica y natural, el cuajo de cabrito, gracias al cual, obtenemos el queso. Una vez la leche se ha solidificado un poco, para obtener nuestro queso, se corta en pequeños trozos, se sala y luego se amasa en un tazón de madera, hasta obtener una pasta fina compacta y elástica.
La mezcla se coloca en el estómago de una oveja, o en la piel de una oveja que ha sido cuidadosamente limpiada y cortada en los bordes, o en un tubo hecho de corteza de abeto.
El Brânza de Burduf almacenado en estómagos tiene un sabor fuerte ligeramente salado con matices especiados y una textura suave. Si se conserva en la corteza de pino, el queso adquiere un sabor muy característico a resina de pino. La pasta tiene un color blanco amarillento, con tonos más oscuros en su capa periférica. Se consideran defectos: la consistencia quebradiza, el sabor amargo o rancio.
El queso puede ser consumido incluso si se mantiene durante mucho tiempo en el estómago de una oveja o en una corteza de pino.
La frescura y el sabor del queso de Branza son muy populares entre los turistas que visitan las aldeas.
La forma de conservar este queso es algo parecida al queso sardo Callu de Crabettu.
Se consume en platos tradicionales, a menudo con polenta: ganso por ejemplo, o Bulz (un plato que lleva huevos, Brânza de Burduf, mantequilla y «mamaliga»).