Botchen-Chnubel

Este queso lo elabora Alejandro Amacher junto a su esposa Úrsula y sus hijos Ueli y Nadja en su granja Brienz Botchenalp ubicada en el valle en Brien, en el cantón suizo de Berna.
La empresa familiar se compone de una granja del valle en Brienz y una granja alpina en Botchenalp. Tienen alrededor de 17 vacas lecheras.
En verano van con sus animales a Botchenalp, junto al lago Brienz.
Las vacas pasan el verano día y noche en los grandes pastos alpinos. Sólo dos veces al día las llevan al establo para ordeñar. Cada vaca produce alrededor de 20 litros de leche al día a partir de las finas hierbas alpinas y suculentas hierbas de las que se alimentan.
La familia procesa esta leche directamente en los Alpes para convertirla en queso alpino tradicional, siguiendo la costumbre de elaboración de queso en una caldera de cobre sobre fuego de leña.
Una especialidad de los Alpes es el queso semiduro «Botchen-Chnubel». Se trata de un queso tipo Mutschli elaborado según una receta especial que, en su forma única, alcanza su madurez para el consumo después de 3 semanas de almacenamiento.
Sus actividades también incluyen la producción de mantequilla alpina.
Además de una cuidadosa producción de queso, para ellos es muy importante el bienestar de sus animales y una producción sostenible en la granja.
Por eso, a principios de 2018 decidieron convertir sus operaciones en el valle alpino a la agricultura biológica.
El Botchen-Chnubel, es un queso de leche cruda de vaca, recibe su nombre de su alp “Botchenalp”, que también significa apropiadamente “pequeño panecillo”. “Es solo un kilo que madura en una red para jamones que cuelga del techo”. “Y como el queso es tan pequeño y madura rápido, es casi como un yogur firme. Tiene esa acidez hermosa, y cuando muerdes este queso piensas en un picnic en un día soleado, algo muy sereno y positivo”.
Ideal como aperitivo, acompañado de vino o cerveza. En su país de origen se suele freír y servir con patatas cocidas.