Bois de Grandmont

Este queso lo elaboran Normand Côté y Madeleine Boivin que junto a la siguiente generación, Justine Rose-Alice y Étienne son propietarios desde 2017 de la Fromagerie Médard, situada en la región de Saguenay-Lac-Saint-Jean, en Quebec.
A orillas del río Grandmont, enclavada en el corazón de las fértiles llanuras de Saint-Gédéon, la granja “Ferme domaine de la Rivière” es fruto de una pasión ancestral por la ganadería y la tradición quesera. Desde hace varias generaciones, la familia se compromete a producir leche de calidad excepcional para la quesería Médard, que extrae su esencia del terruño de Lac-Saint-Jean.
En la granja “Ferme domaine de la Rivière” les mueve una pasión inquebrantable por su profesión y su medio ambiente. Respetando la naturaleza y las tradiciones, practican una agricultura sostenible que respeta el bienestar animal. Se esfuerzan cada día por preservar su patrimonio agrícola garantizando al mismo tiempo productos excepcionales, impregnados de la región de Jeannois.
En la granja, sus vacas de la raza Pardo Suizas son el pilar de su actividad. Criadas con amor y atención, sus vacas se benefician de vastos pastos verdes donde pueden pastar tranquilamente, contribuyendo así a la riqueza de la leche. La raza Parda Suiza es conocida por su rusticidad, robustez y la calidad de su leche, ideal para elaborar quesos con carácter como este Bois de Grandmont.
El Bois de Grandmont es un queso “fermier” (de granja) elaborado con leche pasteurizada de vaca, de textura suave, con una delicada corteza lavada rodeada por un cinturón de abeto. Una corteza que le da carácter al queso y tonos afrutados pero ligeramente picantes, con el cinturón de corteza de madera para traer los aromas boscosos que tanto gustan. Cuando es joven y suave, la pasta es más firme en el interior y te recuerda más a la mantequilla dulce con un toque de hierba. Cuando es más viejo y más maduro, encontrarás un sabor más pronunciado, aromas de hierba más profundos, y un toque de corral en un buen sentido.
La correa de madera contribuye al desarrollo de los aromas ligeramente amaderados que se pueden detectar en la superficie de esta pequeña rueda de textura y sabor mantecosos.
El nombre del queso evoca el pueblo de St-Gédéon, también llamado St-Gédéon de Grandmont, donde se encuentra la quesería.
El queso se comercializa en forma de disco plano que pesa alrededor de 300 gramos.
El queso joven puede servirse entero como plato de queso, con crackers y una buena combinación de fruta, o bien untarse sobre tostaditas. Es absolutamente sabroso con la corteza y en realidad mejora con ella. Cuando el queso está maduro es perfecto para una fondue. Precalentar el horno a 200-225 grados y calentar durante alrededor de 15 a 20 minutos hasta que el queso tenga una consistencia cremosa. Una vez fuera del horno, la corteza de abeto contendrá la deliciosa pasta, que se ha vuelto caliente y líquida. Se pueden sumergir en él pan, patatas cocidas y verduras. Marida bien con los vinos blancos como un Chablis.